Existe un canal de YouTube donde la protagonista es una mujer peruana de 73 años. Ella no solo enseña a tejer, sino que también da una lección de vida.
La pasión por el tejido llevó a Esperanza Rosas a iniciar un proyecto que hoy la coloca como un ejemplo de emprendimiento. A sus 73 años cuenta con un canal de YouTube que tiene más de 640 mil seguidores repartidos en varios países del mundo. Ella enseña a tejer a través de didácticos videos.
Su historia se inicia con una experiencia adversa en su vida: la muerte de una de sus hijas víctima del cáncer. Esperanza solía acompañar a su hija Patricia a las sesiones de quimioterapia, largas jornadas donde ella aprovechaba el tiempo para tejer. Cuando la tragedia tocó a su familia, esta mujer se refugió en el tejido para intentar superar el aciago momento.
El inicio de su aventura. Un concurso de TV donde ella participó con un video fue el que dio origen a su historia en el ciberespacio. Esperanza no ganó el concurso, pero mantenía la ilusión de compartir el material que había grabado. Fue en ese momento que el mayor de sus nietos le recomendó que lo suba a YouTube. Era el año 2009 y ella no sabía qué era eso.
A los dos días su video tutorial ya tenía 90 visitas. Ese fue el inicio de Tejiendo Perú, el nombre del canal que poco a poco iría sumando suscriptores y algunos reconocimientos. En 2013 Google la invitó a participar en un evento de emprendedores en México y cuando alcanzó sus primeros 100 mil seguidores YouTube le envió una placa recordatoria como felicitación.
"El secreto es que amo lo que hago. Y cuando amas lo que haces, lo haces bien", reflexiona Esperanza, quien en todo momento ha recibido el apoyo de su hija Ana Celia. "Si tú quieres hacer algo no importa la edad que tengas, tienes que hacerlo, tienes que luchar", recomienda la youtuber.
Cifras y logros. En la actualidad, su canal almacena más de 1000 videos, los cuales han logrado cerca de 250 millones de reproducciones. Percibe ingresos de parte de Google por compartir sus tutoriales y su historia ha llegado incluso a medios del extranjero. Pero son las anécdotas con sus seguidores las que más la enorgullecen.
"Una persona de argentina me contó que en una telenovela muy famosa en ese país había una escena en que la protagonista estaba con otra persona discutiendo y le decía: 'déjame, que estoy aprendiendo a tejer a crochet'. Resulta que estaba viendo mi canal y se escuchaba mi voz enseñado a tejer", cuenta Esperanza.
Con mucho esfuerzo ahora ya cuenta con un estudio de grabación, sus videos son cada vez más profesionales y se ha aventurado en otro proyecto con fines solidarios. Ella apoya con clases de tejido a las voluntarias de Lanita Corazón, un grupo de pacientes y madres de niños con cáncer que confeccionan todo tipo de prendas que luego venden para poder subsistir. Esperanza también quiere ayudar a tejer sueños.
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