Tener una mascota en casa puede traer grandes beneficios para la familia y de modo especial para los niños.Cuando el niño recibe una mascota para que sea suya, los padres deben prepararlo para que tenga en claro la importancia de este hecho, así como las necesidades que tiene el animalito y de los cambios que tendrá que hacer para atenderlo. Esta es una importante oportunidad que le permitirá al pequeño desarrollar una serie de habilidades, al tiempo que supone una experiencia sumamente gratificante.La participación activa de los padres permitirá que esta sea una experiencia buena para el niño, la familia y la mascota.Organizar una rutina. La llegada de una mascota a casa supone la organización de una rutina de actividades para su cuidado y atención, por lo que ésta es una manera de demostrarle al niño que confían en él, se sentirá en la capacidad de realizar esta tarea, así aumentará la confianza en sí mismo. A través de una buena dinámica de organización, quedarán claras las obligaciones del niño para atender a su mascota, esto le permitirá manejar sus tiempos y disciplinarse de un modo constante, logrando consolidar hábitos y desarrollar el sentido de responsabilidad.Mejora la autoestima. Por otro lado, una mascota le da al niño la oportunidad de desarrollar sentimientos positivos contribuyendo de este modo en la autoestima. El niño podrá expresarle a su mascota cariño y afecto en el contacto diario. A su vez, la mascota le expresará otras emociones en códigos que el niño podrá entender y así esta relación será sumamente gratificante para ambos puesto que el vínculo que crearán será profundo e intenso. Estas son formas de comunicación no verbales que se experimentarán a través del juego, las caricias y las mirada. El niño se permite incluso compartir, ideas, pensamientos y secretos con cierta complicidad.El contacto físico permite tener experiencias táctiles importantes que estimulan el desarrollo de habilidades sensoriales. Habilidades sociales. Esta es un de las bases para el desarrollo de procesos básicos del conocimiento, inteligencia y lenguaje. De este modo se desarrolla también la sensibilidad, la empatía y la tolerancia al comprender las necesidades de su mascota, aprendiendo a expresar las propias. La capacidad de intuición así como el criterio para resolver situaciones cotidianas se hacen posible por medio de la relación que establece el niño con un ser vivo con el cual comparte una serie de experiencias y sensaciones lo que lo ayudará en situaciones futuras.Mejora de la comunicación. Es así cómo el compromiso que implica atender y cuidar a una mascota, sin descuidar sus obligaciones, permite al niño madurar. Del mismo modo, por si fuera poco, este nuevo integrante de la familia se ubica entre los padres y el niño, permitiendo así tener entre ellos un tema en común que puede acercarlos y llevarlos a diversos niveles de comunicación.Así, si los padres y los niños tienen gusto por las mascotas, y las condiciones familiares lo permiten, es importante considerar la posibilidad de tener una mascota.