Las personas necesitamos establecer vínculos de amor y respeto con aquellas que amamos. Esto es necesario para la nutrición emocional y a la vez reconfortante para el alma. No obstante, también debemos tener claro que estas relaciones de apego deben ofrecernos espacio personal y autonomía, de lo contrario se convierte en dependencia y apego.Hay padres sobreprotectores que fomentan en sus hijos un apego en forma de amor exagerado hacia ellos. Este niño no podrá madurar con la suficiente autoestima como para enfrentarse a la vida con seguridad y confianza, siempre se sentirá apegado y sus decisiones consigo mismo y con su entorno serán desde la aprobación de sus padres y esto ocurre básicamente porque no se le permitió vivir sus propias experiencias que implican equivocarse, caerse, sentir miedo, dolor, o tristeza.“No subas la escalera”, “no salgas porque es peligroso”, “no lo hagas ya lo hago yo” son algunas de las frases que más repiten los padres. En conclusión, el mensaje indirecto e inconsciente detrás de estos mensajes es: “no eres capaz, no puedes”, “el mundo es peligroso”, “no crezcas” y esto ocurre de forma opuesta a la naturaleza de un niño, la extrema curiosidad por conocer y explorar el mundo en el que vive.En este sentido es esencial criar con apego, pero respetando la autonomía de los niños con mensajes de confianza en que son capaces de resolver las pequeñas dificultades de su infancia lo cual les permitirá resolver las grandes dificultades de la adultez. El ser humano puede sentir un apego especial hacia este tipo de vínculos que aportan “seguridad”, “amor”, “confianza” y muchas veces les cuesta romper con esas relaciones porque con eso están llenando vacíos de la infancia. Hay casos en que el apego produce sufrimiento cuando una persona pone su valor personal en un bien externo que no puede controlar al cien por cien y le hace sentir vulnerable.Un ejemplo claro es cuando no consigo tener los ingresos económicos que quiero y me siento infeliz por esto. Cuando esto ocurre estamos distorsionando el orden de prioridades de una vida feliz y convertimos algo que es totalmente secundario en un bien prioritario.Conoce las siguientes claves para cultivar el desapego en tu vida emocional.1. SÉ RESPONSABLE DE TI MISMOEste es un principio básico de crecimiento personal: La responsabilidad, pensemos en ello. Nadie va a retirar por nosotros cada piedra que encontremos en el camino. Al igual que nadie va a respirar por nosotros ni se ofrecerán voluntarios para cargar nuestras penas o dolores. Cada uno de nosotros somos artífices de nuestra propia existencia.Y algo así implica valentía y significa que debemos desapegarnos de las opiniones ajenas, de la necesidad de ser validados, de esperar la aprobación de los demás para seguir adelante con nuestras decisiones, sueños o proyectos. Somos personas libres, listas para crear el destino que creamos conveniente siendo plenamente conscientes de ese derecho a ser constructores del propio destino.No pongas en el bolsillo de los demás tu propia felicidad. Elimina de tu mente la creencia de que para ser feliz en esta vida, es esencial encontrar una pareja que te ame, o pretender el permanente reconocimiento de tu familia. La soledad a veces es la mejor compañía para favorecer nuestra autorrealización.Si el barómetro de tu satisfacción y felicidad está en lo que los demás te aportan, solo conseguirás más sufrimiento. ¿La razón? Pocas veces lograrán cubrir todas tus necesidades. Cultiva tu propia felicidad, se responsable y toma conciencia de tus decisiones y de sus consecuencias, elige por ti mismo y no dejes nunca que tu bienestar, dependa de opiniones o consejos ajenos.2. VIVE EL PRESENTE, ASUME, ACEPTA LA REALIDADEn esta vida, nada es eterno, nada permanece, todo fluye y tiene un orden natural y perfecto, aunque a veces a la mente le cueste asumirlo. Las personas estamos casi siempre centradas en todo aquello que ocurrió en el pasado y que, de algún modo, se convierte ahora en una dura carga que altera nuestro presente.A menudo, estamos tan “apegados” a todos esos eventos acontecidos en el ayer que se nos olvida los más importante: vivir. Ponemos toda nuestra atención en esas desavenencias familiares, en un trauma que nos condiciona, en esa pérdida de un ser querido, en ese fracaso sentimental o esa frustración no superada. Todo ello son anclas que nos aferran al pasado, que ponen cadenas en nuestros pies y sufrimiento innecesario en nuestra alma.Desapego es permitirnos sanar heridas, aceptando el pasado, asumiendo realidades sin resentimientos, perdonando e incluso perdonándonos a nosotros mismos. Solo así nos sentiremos más liberados, listos para apreciar con todos nuestros sentidos “el aquí y el ahora”, este presente donde tienes tu verdadera oportunidad.3. PROMUEVE TU LIBERTAD Y PERMITE SER LIBRES TAMBIÉN A LOS DEMÁS Asume que la libertad, es la forma más plena, íntegra y saludable de disfrutar de la vida y de entenderla en toda su inmensidad. Desapego no es cortar vínculos o establecer lazos marcados por la frialdad emocional. Todo lo contrario. Estamos ante una dimensión donde aprender a limar miedos para amar de forma más auténtica y respetuosa. Es saber dar y permitirnos recibir sin presiones, sin necesidad de llenar vacíos, sin ansiedades o con el eterno temor a ser abandonados. Es permitirse vivir y relacionarse sin necesitar al otro.Otro aspecto que debemos recordar sobre el desapego es que no estamos obligados a ser responsables de la vida de los otros. No falta quien por ejemplo ansía encontrar pareja para huir de la soledad o incluso para sanar viejas heridas del ayer. Tengamos claro que ninguno de nosotros tiene la obligación de ir de héroe, de rescatar a otros para curar sus soledades o fracturas provocadas por antiguas relaciones. Este tipo de lazos solo generan sufrimiento.4. ASUME QUE LAS PÉRDIDAS VAN A SUCEDER TARDE O TEMPRANOEn toda corriente espiritual está presente la idea de la impermanencia. Hablamos de esa dimensión donde estamos obligados a entender “sí o sí” que en esta vida nada perdura, que nada puede contenerse eternamente. Las relaciones y las cosas materiales cambian, maduran, y a menudo hasta terminan desvaneciéndose. Asumamos por tanto la idea del cambio, la ausencia e incluso la pérdida como una ley vital a la que no podemos cerrar los ojos.Algunas personas se irán para siempre, los niños crecerán, algunos amigos dejarán de serlo y algunos amores se irán del calor de nuestra mano. No obstante, llegarán otras muchas más cosas, porque la vida es cambio, pero también movimiento y todo ello forma parte del desapego. Y como tal, hemos de aprender a asumirlo para afrontarlo con mayor integridad, y con mayor fuerza.Aprender a vivir con desapego empieza llenando la vida con mi infinita capacidad de amar, mis vacíos internos, esos que dejó de mi infancia. Sé que puede sonar fácil, pero llevarlo a la práctica es lo más difícil porque no sabes cómo hacerlo o no te sientes capaz de lograrlo. Si este es tu caso, ten el coraje de buscar ayuda de profesionales que sí saben cómo acompañarte en este proceso. Invierte en ti. Libérate, crece y ten una vida plena sin apegos.