Una nueva investigación revela el impacto positivo de los vehículos autónomos en la seguridad vial, especialmente en la protección de los usuarios más vulnerables del tránsito.
Hace unos años, la empresa tecnológica estadounidense Waymo desarrolló unos vehículos autónomos, conocidos como robotaxis, capaces de operar sin intervención humana. Estos autos inteligentes utilizan una combinación de sensores avanzados que detectan señales de tráfico, peatones, ciclistas y otros vehículos; mapas de alta definición; software de conducción autónoma; y múltiples sistemas que garantizan el funcionamiento de frenos, dirección y energía incluso en caso de fallos.
Actualmente, los robotaxis de Waymo circulan por varias ciudades de Estados Unidos, entre ellas Phoenix (Arizona), San Francisco y Los Ángeles. Allí ofrecen un servicio similar al de plataformas como Uber, con la diferencia de que el trayecto se realiza completamente sin un conductor humano al volante.
Recientemente, la empresa ha publicado una nueva investigación que resalta los beneficios de la conducción autónoma en términos de seguridad vial. Según el estudio, sus robotaxis reducen en un 82 % las colisiones con peatones y en un 92 % los accidentes con ciclistas. Además, los incidentes que provocan lesiones disminuyen en un 96 %, en comparación con el conductor promedio.
Estos hallazgos sugieren que los vehículos autónomos representan una alternativa segura, especialmente para los usuarios más vulnerables de la vía pública, como peatones, ciclistas y motociclistas. La tecnología no solo detecta mejor a estos actores, sino que también responde con mayor precisión y rapidez ante posibles riesgos.
Los resultados presentados por Waymo cobran especial relevancia en un contexto preocupante: las lesiones de peatones en Estados Unidos se encuentran en su punto más alto en los últimos 40 años. Hasta aproximadamente el 2012, la tendencia de lesiones y muertes de peatones era baja, lo que reflejaba avances en seguridad vial.
Sin embargo, en la última década, las muertes de peatones han aumentado de forma alarmante, impulsadas por el uso de celulares y pantallas al conducir, así como por la proliferación de vehículos de gran tamaño. Ante este panorama, los vehículos autónomos parecen ser una alternativa prometedora para revertir esta tendencia y proteger a los usuarios más vulnerables en las calles.
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