La Navidad es una fiesta que cada vez más va perdiendo su esencia y razón de ser para convertirse en una celebración de “compra de regalos”, y los niños no están ajenos a esta situación. El manejo y comportamiento del comercio en nuestro medio lo propicia y fomenta.Esto se está desencadenando:• Los niños creen que deben recibir muchos regalos, es casi un derecho, una obligación que motiva una alta exigencia en ellos.• Los niños piden y muchas veces con desproporción a su realidad o en contraposición a otros mensajes que se han venido dando cotidianamente. • Los padres creen que para ser buenos padres deben comprar muchos regalos y más aún regalos caros y trascendentes.• La competencia con otros niños y con otros padres es un factor que también influye.¿Qué pasa con el niño que recibe muchos regalos y además regalos grandes, caros y valiosos de una manera desproporcionada?• Se fomenta en el niño la exigencia, sin considerar el contexto.• Se ubica al niño en una posición de dominio innecesario.• Se pone en riesgo el criterio y valoración de lo económico.• Los padres entran en contradicción e inconsistencia con otros mensajes que se han venido dando a lo largo del tiempo.• Se propicia la dinámica de competencia por lo material.• Se crea la falsa idea de creer que el afecto está asociado a la cantidad y al valor de las cosas.• Se pone en segundo plano lo afectivo y lo material sube al primer plano.Se afecta psicológicamente a los niños:• Desarrolla actitudes de sobre exigencia y terquedad que llevan al descontrol.• Fomenta la intolerancia y la frustración.• Interfiere con los roles de autoridad que representan los padres.• Incremente la impulsividad.• Fomenta la no valoración por el esfuerzo.• Fomenta el facilismo que va en contra de la laboriosidad, olvidándose que esta es necesaria para todos los logros en la vida.• Interfieren con el desarrollo de valores como la solidaridad, esfuerzo, generosidad, austeridad.• Fomenta una dinámica sin límites que se va trasladar a otros contextos de la vida del niño.La Navidad es una celebración de unión, familia y afecto, que bien manejada puede desarrollar en el niño buenos valores y ser una ocasión para seguir formándolo; compartiendo y enlazando vínculos, desarrollando sensibilidad y tolerancia.