La depresión, es el más frecuente de todos los trastornos mentales y se calcula que afecta a más de 151 millones de personas alrededor del mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el año 2030 esta enfermedad será la primera causa de discapacidad para todas las edades y en ambos sexos.Se han planteado diferentes teorías sobre el origen de la depresión, y aunque no se ha podido establecer su etiología, está claramente determinado que existen factores que intervienen en el inicio; características clínicas, tratamiento y pronóstico de esta enfermedad.Están identificados factores genéticos, sociales, ambientales, del comportamiento, hormonales, inmunológicos, bioquímicos y neurodegenerativos. Aquellos que están siendo generados por un estilo de vida no saludable podrían ser modificados a través de la adopción de conductas que mejoren estos estilos y funcionen como canales de tratamiento eficaces para la depresión.En la actualidad el tratamiento de la depresión está dirigido fundamentalmente a los factores biológicos y psicológicos, y han mostrado comprobada eficacia sobre la enfermedad. Pero la tendencia mundial es agregar los cambios de estilo de vida, relacionados a la nutrición.En consonancia con lo antes señalado, se ha presentado en el Congreso Anual de la Asociación Psiquiátrica Americana en Atlanta (mayo 2016), una nueva escala que evalúa los alimentos y su contenido de nutrientes derivados de animales y vegetales que mejoran los síntomas de la depresión y prevén su aparición. Se trata de los “nutrientes esenciales para el cerebro” (NEC), dentro de los cuáles se encuentran: ácidos grasos, omega 3, magnesio, calcio, fibra, y las vitaminas B1, B9, B12, D y E.Se postula que los posibles mecanismos de acción que utilizarían estos nutrientes para fortalecer la función cerebral y ser eficaces contra la depresión serían: la estabilización de la membrana de las neuronas y los efectos antiinflamatorios.Los estudios realizados con esta escala, han determinado que las fuentes vegetales de estos nutrientes ocupan un primerísimo lugar, pero también deben considerarse las fuentes animales, que contienen vitamina B12, presentes predominantemente en la carne y en otros productos animales, fundamentales para la salud del cerebro.Específicamente, se ha determinado un alto contenido de NEC en: hortalizas de hojas verdes, carnes de vísceras sólidas, carnes de caza, frutos secos, (nueces pacanas, y cacahuetes), moluscos bivalvos (mejillones, almejas, ostiones), moluscos (pulpo, calamar, caracol) y pescado (salmón y sardinas). Además, se recomienda que los pacientes con depresión consuman de 226 a 340 g de pescado a la semana, pero aquellos que tengan un menor contenido de mercurio. Por consiguiente, los individuos deben limitar el consumo de tiburón y de pez espada.Existen estudios que demuestran que las personas con alto consumo de vegetales obtienen mayor puntuación en los test cognitivos, presentan menos síntomas depresivos, y disminuyen el riesgo de padecer este trastorno. La ingesta de beta caroteno, vitamina C, fibra y folato (nutrientes encontrados en frutas y vegetales) es menor en personas con depresión.En conclusión, aunque ya es de conocimiento público que las comidas ricas en vegetales y fibra son beneficiosas para la salud, el conocimiento científico sobre el valor de diversos nutrientes contenidos en algunos tipos de alimentos, ha planteado la posibilidad de su uso como protectores contra enfermedades tan prevalentes como la depresión.Se ha planteado la necesidad de considerar la creación de un nuevo campo del conocimiento en psiquiatría, la denominada psiquiatría nutricional, que evaluaría el impacto de una dieta de alta calidad frente a diversas enfermedades.