Su nombre clínico es deseo sexual hipoactivo o inhibido, pero coloquialmente le decimos: falta de apetito sexual; y este es un padecimiento más común de lo que parece o imaginamos. Sucede tanto en hombres como en mujeres, y en la actualidad es uno de los mayores motivos de consulta en la clínica sexológica. Sus causas pueden ser tanto físicas como psicológicas. Es la disminución o ausencia de fantasías y deseos de actividad sexual de forma persistente o recurrente. El diagnóstico debe ser dado por un profesional en el ámbito de la sexología.Si hacemos un símil, es una situación muy similar al apetito que sentimos con la comida. Podemos estar frente a nuestro plato más deseado, pero si no tenemos hambre simplemente lo rechazamos.Existen dos subtipos:De toda la vida: el problema existe desde el inicio de la actividad sexual.Adquirido: el problema aparece luego de un periodo de actividad sexual normal.Lo primero que se debe averiguar es si no sientes deseo sexual por tu pareja o no sientes deseo sexual por nadie. Si se lleva más de dos semanas por no sentir deseo sexual de ningún tipo, podríamos decir que hay un deseo sexual inhibido.También es un indicador importante saber si te sigues autoestimulando (masturbándote) o hay situaciones que te producen excitación, aunque no sientas deseo por tu pareja.En las parejas que llevan mucho tiempo juntas, la falta de deseo sexual es uno de los problemas más comunes y menos aceptados. Quieres y amas a tu pareja, pero no la deseas sexualmente. Esto no quiere decir que la relación ya no funciona, pero es una alerta de que hay que ver la forma de cambiar de dinámica en nuestra vida íntima y sexual.Es normal que muchos años con una misma persona, la frecuencia sexual tienda a bajar; esto debido a que hay (aparentemente) otras prioridades en la vida diaria y no nos damos tiempo para excitarnos y (re)conectarnos con la pareja. Es más fácil rechazar incluso los cambios físicos y decir que ya no nos excita como antes, pero en sí es la forma de proyectar nuestro propio rechazo a nuestros cambios corporales y no aceptarnos.Aspectos físicos que pueden afectar nuestro deseo sexual:- Mala alimentación: mal manejo de dietas para adelgazar o aumento rápido de peso.- Enfermedades: diabetes, fibromialgia.- Bajos niveles hormonales: principalmente la testosterona que es la hormona del deseo sexual.- Cambios hormonales: propios de la menopausia en mujeres y andropausia en varones.- Cambios hormonales posteriores al parto.- Problemas cardiovasculares.- Efectos secundarios de algunos fármacos.- Adicciones: como alcoholismo o tabaquismo.- Enfermedades mentales: depresiones, trastornos bipolares, etc.- Patologías sexuales: eyaculación precoz, disfunción eréctil, vaginismo, anorgasmia.Aspectos psicológicos que pueden afectar nuestro deseo sexual:- Ideas negativas sobre el sexo.- Fobia al sexo.- Experiencias traumáticas relacionadas al sexo.- Ideas culturales erróneas sobre el sexo.- Desconocimiento del funcionamiento erótico-sexual del propio cuerpo.- Influencia de creencias religiosas.- Anorexia, bulimia y vigorexia.- Problemas en las relaciones de pareja.- El aburrimiento y la rutina en la vida de pareja.- Estrés y agotamiento laboral.- Secuelas emocionales por padecer disfunciones sexuales.- Secuelas emocionales por padecer alguna infección de transmisión sexual.¿Cómo aumentar el deseo sexual?- Asegurarse que no existe ningún problema físico o psicológico que necesite algún tratamiento especializado.- Duerme bien, aliméntate bien y ejercitarse.- Desconéctate del trabajo: llegar a casa sin carga laboral ni llamadas telefónicas similares.- Salgan de la rutina: vayan a un hotel por una noche o de viaje. Solamente ustedes dos.- No imponer el sexo como una rutina: “todos los sábados tenemos sexo sí o sí”. Promover lo espontáneo.- Besarse todos los días. Tener por lo menos cinco minutos diarios de solamente besos.- Dedíquense un tiempo a diario solamente para ustedes, para estar juntos y disfrutar su compañía. Eso es intimidad.- Conversen de sus fantasías sexuales, no con la finalidad de imponerlas sino para erotizarse.- Tengas relaciones sexuales sin penetración. Focalícense solamente en sentir caricias, masajes, besos.- Promueve tu atractivo físico, tu erotismo. No es necesario tener un cuerpo escultural, basta con saber cómo seducir a tu pareja.- De ser necesario, busquen ayuda profesional.