El trabajo perfecto no existe, pero sí es posible lograr ser feliz. Compartimos contigo algunos tips para lograrlo.
No importa cuánto te apasione tu negocio, el estrés, las largas jornadas y las preocupaciones pueden dejarte una sensación de infelicidad. “Pasamos demasiado tiempo en el trabajo como para no estar felices en él”, dice Beth Thomas, autora de 'Powered by Happy: How to Get and Stay Happy at Work'.
No ser feliz en el trabajo puede afectar tu sentido del humor, tu salud y hasta tu productividad.
Según Human Resources, la simple decisión de ser feliz es lo que más cuenta. ¿Qué implica eso? Comprender que hay situaciones que son controlables, como otras que no y tener buena actitud para solucionar problemas. Partiendo de esta premisa, aquí algunos consejos para alcanzar la felicidad laboral:
Busca una motivación. Parte de la actitud de ser feliz implica encontrar la motivación, evaluar lo que estás haciendo y hallarle sentido y saber que lo que haces realmente tiene un impacto grande más allá de lo que piensas. Hay que tener intención y claridad de los objetivos a futuro: dónde te ves en los próximos cinco años y si tu trabajo actual realmente está pintando el camino para conseguir lo que quieres. Cuando tengas definido todo esto, tendrás la mayor parte establecida para ser feliz en tu trabajo.
Crea tu propio “nido” en la oficina. Es importante tener un espacio tranquilo, organizado y con tu propio estilo para desempeñar tus funciones, dado el tiempo que pasas en el trabajo. Debes acondicionar el espacio para que sea cómodo y tenga la armonía necesaria para hacer de tu espacio algo agradable. Eso también involucra música y olores que te hagan sentir tranquilo.
Desconéctate cuando te corresponda. Debes aprender a diferenciar los espacios. Solo así aprenderás a valorar lo que haces y a ponerte límites para no estresarte. Si tienes un horario de trabajo aprende a respetarlo. El hacer tus labores en el momento que corresponden, te hará ser más productivo y valorar más las circunstancias en las que debes trabajar, aprovechando el tiempo al máximo.
Aprende a organizarte. Cuando tengas claro qué tienes que hacer, cómo hacerlo y cuándo debes hacerlo, tu vida será mucho más sencilla y evitarás vivir situaciones estresantes que te hagan odiar lo que haces o, incluso, llegar al punto de enfermarte.
No apuestes por ser multitasking. Uno de los principales enemigos de la productividad laboral es la multitarea o el hecho de creer que se pueden hacer varias cosas al mismo tiempo. Esto se traduce en que en vez de estar sobrecargado por la cantidad de trabajo y abrir muchas ventanas al mismo tiempo o empezar a hacer “un poquito” de todo, concéntrate en una sola cosa y hazla bien.
Propicia un buen clima laboral. Las relaciones laborales pueden convertirse en un factor determinante a la hora de decidir si vale la pena levantarse ese día para ir a la oficina o no.