Un curioso experimento reveló que una acción tan simple como lavarse las manos puede tener efectos poderosos a nivel psicológico.
A menudo, luego de escoger entre dos alternativas que consideramos igualmente atractivas, solemos sentir dudas sobre si hemos tomado la decisión correcta. Esta sensación de incertidumbre, que ha sido bautizada como “disonancia cognitiva post decisional” por los psicólogos, tendría una solución más sencilla de lo que podríamos pensar. Según un estudio elaborado por Spike W. Lee y Norbert Schwartz, del departamento de Psicología de la Universidad de Michigan, lavarse las manos podría ayudar a disipar esas dudas.
Para llegar a estas conclusiones, los dos investigadores solicitaron el apoyo de 40 voluntarios, quienes tuvieron que escoger 10 discos entre 30 que se les ofreció inicialmente, y ordenarlos de acuerdo a su preferencia. Luego, se les pidió que escogieran entre el quinto y sexto disco de su lista. El disco que seleccionaran les pertenecería y podrían llevárselo a casa como regalo.
Luego de la elección del disco, se invitó a los voluntarios a participar en una encuesta sobre jabones, para lo cual algunos tuvieron que lavarse las manos. Los jóvenes que se fueron con las manos secas se mostraron poco convencidos cuando se les preguntó si estaban satisfechos con su elección y se mostraron defensivos al tratar de explicar su postura. Por otro lado, los jóvenes que se lavaron las manos, no sintieron la necesidad de justificarse y casi no mostraron cambios en sus preferencias.
Un experimento similar se realizó con 85 jóvenes, quienes tuvieron que escoger entre cuatro mermeladas de frutas diferentes, y la respuesta de los voluntarios fue la misma: quienes se lavaron las manos se mostraron más convencidos de la decisión que habían tomado.
Este curioso experimento reveló que una acción que parece tan simple como lavarse las manos puede tener efectos poderosos a nivel psicológico.
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