La lavadora representa el 2% del consumo eléctrico de un hogar, pero su uso frecuente puede incrementar este gasto así como de más detergente y agua.
La lavadora representa el 2% del consumo eléctrico de un hogar, pero su uso frecuente puede incrementar este gasto así como de más detergente y agua.
La lavadora perfecta. Si estás en busca de una lavadora no te fijes en el precio o diseño, escoge una de acuerdo al número de personas en tu casa. Si compras una muy pequeña, lavarás una mayor cantidad de veces y gastarás más energía, agua y productos de limpieza; pero si adquieres una muy grande solo la llenarás parcialmente y desperdiciarás energía.
Carga completa. No laves pocas prendas con mucha frecuencia porque harás que la unidad funcione a media carga, con lo cual estarás desperdiciando energía eléctrica. Lo mejor es que trabaje siempre con cargas completas, lo cual no significa que la sobrecargues. El agua debe poder fluir por la ropa.
En modo ahorro. Si necesitas ropa limpia con frecuencia puedes optar por los modelos que tienen programas de media carga que reducen el consumo de manera apreciable o los que tienen programas económicos (ECO) porque ahorran energía, agua y detergente.
Ciclos fríos. Siempre que la ropa no esté demasiado sucia, prefiere los programas de baja temperatura o ciclos fríos de agua para reducir el consumo de energía que se requiere para calentar el agua.
Al sol. La opción de centrifugado consume menos energía para secar la ropa que el uso de una secadora eléctrica. Sin embargo, en verano es buena idea secar la ropa con el calor del sol y evitar el centrifugado para ahorrar energía.
Lo justo. No eches más detergente de lo necesario porque no mejorará el lavado, solo estarás utilizando más agua y electricidad para el enjuague.
Cuide el agua. Si lavas con un volumen de agua mayor al necesario, ocasionarás mayor gasto de este recurso y de energía eléctrica. Además se incrementa el deterioro del equipo.
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