Tras el ataque del viernes sobre Damasco ordenado por Estados Unidos, estas son las etapas claves de la compleja guerra en Siria que deja hasta hoy más de 350.000 muertos y millones de desplazados.
De la sangrienta represión de manifestaciones prodemocráticas al último presunto ataque químico imputado al régimen de Bashar al Asad, estas son las etapas claves de la compleja guerra en Siria que ha dejado más de 350.000 muertos y millones de desplazados.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la noche del viernes una operación militar conjunta con Francia y Reino Unido contra diferentes blancos en Siria, destinada a castigar al régimen de Bashar al Asad, al que acusa de un ataque con armas químicas contra civiles el 7 de abril en la localidad de Duma, cerca de Damasco.
El régimen sirio, que negó haber llevado a cabo el ataque, denunció "la agresión norteamericano-franco-británica, que en su opinión está "destinada al fracaso".
Revuelta y represión
El 15 de marzo de 2011, en el marco de la Primavera Árabe estalló un movimiento de protesta en Siria, gobernada con mano de hierro durante los últimos 40 años por la familia Al Asad. Bashar sucedió en 2000 a su padre, Hafez.
En Damasco se organizaron manifestaciones pequeñas, violentamente reprimidas. Pero fue en Deraa (sur) donde el movimiento cobró fuerza. En julio, un coronel refugiado en Turquía creó el Ejército Sirio Libre (ESL), compuesto por civiles y desertores del ejército.
La aviación, gran baza del régimen
En marzo de 2012, el ejército retomó el control del bastión rebelde de Homs (centro). Llevó también a cabo otras operaciones sangrientas, especialmente en Hama (centro), tras masivas manifestaciones antirrégimen.
En julio, los rebeldes lanzaron la batalla de Damasco. El gobierno logró conservar el control de la capital, pero los rebeldes conquistaron algunas zonas de la periferia. A partir de 2013, los helicópteros y aviones del régimen comenzaron a arrojar barriles de explosivos sobre los sectores rebeldes.
Hezbolá e Irán
En abril de 2013, el movimiento islamista chiita libanés Hezbolá reconoció que intervenía en Siria para ayudar a las fuerzas de Al Asad, miembro de la minoría alauita, una rama del chiismo. Envió miles de combatientes.
Por su parte, el Irán chiita ayudó financiera y militarmente al régimen enviando "asesores militares" y "voluntarios" iraníes, pero también afganos y paquistaníes.
Línea roja y retroceso estadounidense
El 21 de agosto de 2013, un ataque químico imputado al régimen contra dos zonas rebeldes cerca de Damasco dejó más de 1.400 muertos.
El entonces presidente estadounidense Barack Obama, que había trazado una línea roja, renunció en el último momento a llevar a cabo ataques de castigo y firmó un acuerdo con Rusia para desmantelar el arsenal químico sirio.
Yihadistas
En junio de 2014, después de haberse enfrentado al régimen y a los rebeldes, el grupo yihadista Estado Islámico (EI) proclamó un "califato" en los territorios conquistados en Siria, donde Raqa se convierte en su principal bastión, y en el vecino Irak.
En septiembre, una coalición internacional dirigida por Estados Unidos lanzó los primeros bombardeos aéreos contra el EI en Siria. Antes lo había atacado en Irak. En octubre de 2017, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza kurdo-árabe respaldada por la coalición, se apoderó de Raqa tras meses de lucha.
El EI perdió la gran mayoría de los territorios de los que se había apoderado. A partir de 2013, otros yihadistas, en particular la rama siria de Al Qaida, reforzaron su asentamiento en el norte del país. Hoy controlan la mayoría de la provincia de Idlib (noroeste).
Putin, en ayuda de Asad
El 30 de septiembre de 2015, Rusia emprendió una campaña de bombardeos aéreos en apoyo a las tropas de Al Asad, en dificultades frente a los rebeldes y los yihadistas. El apoyo decisivo de Rusia ayudó enormemente al régimen y permitió que este recuperara totalmente Alepo (norte) a finales de diciembre de 2016.
En enero de 2017, Rusia patrocinó junto con Irán y Turquía -apoyo de los rebeldes- conversaciones en Astaná (Kazajistán) entre representantes del régimen y grupos rebeldes. Estas negociaciones se llevan a cabo en paralelo con las que patrocina la ONU, pero hasta el momento no se ha encontrado ninguna solución política.
Primera operación estadounidense
En abril de 2017, un ataque con gas sarín imputado al régimen dejó más de 80 civiles muertos en Jan Sheijun, una localidad de la provincia de Idlib controlada por rebeldes y yihadistas. En represalia, Trump ordenó ataques contra la base aérea siria de Al Shaaayrat (centro).
Ofensiva turca
El 20 de enero de 2018, Turquía lanzó junto a rebeldes sirios una ofensiva contra el enclave de Afrin (noroeste) con el objetivo de expulsar a la milicia kurda Unidades de Protección Popular (YPG), espina dorsal de las FDS. El 18 de marzo, sus fuerzas se apoderaron de Afrin y expulsaron a las YPG. Ankara, que teme la formación de un principio de estado kurdo en su frontera, considera "terrorista" a esta milicia.
Guta Oriental
El 18 de febrero, el régimen lanzó una ofensiva aérea, y después terrestre, de una intensidad sin precedentes contra el enclave rebelde de Guta Oriental, cerca de Damasco, que dejó más de 1.700 muertos. Con los mortíferos bombardeos y los acuerdos de evacuación patrocinados por Rusia, el régimen logró recuperar su posición en el último bastión de los insurgentes a las puertas de la capital.
Presunto ataque químico
El 7 de abril, un "ataque con gases tóxicos" en Duma, en Guta Oriental, dejó más de 40 muertos, según los cascos blancos, un grupo de socorristas en las zonas rebeldes, y la ONG médica Syrian American Medical Society (SAMS). Los socorristas y Estados Unidos acusaron al régimen, que niega haber recurrido a las armas químicas. El ataque provocó una ola de indignación internacional.
Donald Trump denunció el 13 de abril los ataques químicos "monstruosos" del régimen de Damasco al anunciar los bombardeos contra blancos en Siria.
En Londres, la primera ministra británica Theresa May afirmó que "no había alternativa al uso de la fuerza". En París, el presidente francés Emmanuel Macron subrayó que los ataques estaban "circunscritos a las capacidades del régimen sirio que permiten la producción y el uso de armas químicas.
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