Organizaciones de derechos humanos repudiaron el beneficio de la prisión domiciliaria a Miguel Etchecolatz, condenado a cadena perpetua por delitos de lesa humanidad.
Cientos de personas marcharon una vez más a la casa del exjefe policial y torturador Miguel Etchecolatz, condenado a cadena perpetua por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura en el país (1976-1983), para repudiar la prisión domiciliaria que le concedió un tribunal hace unos días.
La casa de Etchecolatz, ubicada en un barrio residencial en Mar del Plata, un balneario a 400 km de Buenos Aires, permanece custodiada por un vallado policial desde que el expolicía de 88 años se alojó allí la semana pasada.
Los manifestantes quemaron un muñeco que representaba al represor y lanzaron bengalas rojas para representar la sangre derramada por las víctimas de la dictadura, que según organizaciones humanitarias dejó 30,000 desaparecidos.
Bajo la consigna "Ni un minuto de paz para los genocidas" fueron convocadas varias marchas este fin de semana en Mar del Plata en rechazo a la medida que otorgó la justicia argentina.
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