Pese al gran paso de la selección peruana de clasificar al Mundial de Rusia 2018, en el torneo local no se aprende el ejemplo y se pierde el respeto a la autoridad.
Mientras se vive la algarabía por la Selección Peruana de Fútbol que está a punto de debutar en el Mundial de Rusia 2018, en La Libertad, una de las regiones más importantes del país, la violencia le gana por goleada al juego limpio y toma protagonismo cogiendo con sus garras a la máxima autoridad en la cancha, el árbitro.
El estadio Municipal de Huamachuco, a cinco horas de Trujillo, un réferi fue golpeado con un puñetazo por el utilero de Racing Club, cuando se disputaba el partido de ida contra Real Huamachuco por la final provincial de la Copa Perú. Incluso el hombre agredió a un jugador rival.
Mientras que en los Juegos Nacionales Deportivos Escolares en la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) Pacasmayo, el juez principal tuvo que correr para no ser alcanzado por jugadores furiosos durante un partido.
Preocupados por la conducta, muchos ciudadanos exigen a las autoridades educar a los jóvenes a respetar las normas de juego, y a valorar al prójimo.
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