Este 2020, iba a ser un año bastante triste para los amantes de los videojuegos de conducción, ya que grandes sagas como Forza Motorsport, Forza Horizon o Gran Turismo no tienen lanzamientos programados. Y, para colmo, los pocos títulos del género, como Fast & Furious Crossroads, terminaron literalmente estrellados contra un muro llamado realidad. Sin embargo, en junio llegó un anuncio que elevó las expectativas de los fanáticos: Project CARS 3.
Particularmente, la saga de Slightly Mad Studios está entre mis favoritas del género de conducción, pese a que apenas tiene un lustro de existencia. El estudio inglés ha sabido responder a las exigencias de los usuarios, con dos entregas bastante correctas y fieles a la simulación pura y dura.
¿Será esta tercera entrega un paso adelante en la saga?, ¿es el gran videojuego de conducción que este 2020 necesitaba? Lo invito a leer este review.
Lo bueno
Una de las primeras cosas que nos piden hacer en Project CARS 3 es crear un piloto (con editor bastante corto de opciones, he de apuntar). El objetivo es conseguir que este avatar progrese como conductor, compitiendo y superando retos, ya sean offline u online.
Y en este videojuego sobran las cosas por hacer: tenemos, de arranque, el modo Trayectoria, que es la campaña de Project CARS 3. Esta modalidad está dividida en diez categorías (más dos especiales), en las que debemos enfrentar una serie de competiciones.
Acá hay bastante variedad, ya que no solo hay las carreras básicas, sino que también hay pruebas contrarreloj en las que debemos dar una sola vuelta al trazado no solo siendo veloces sino sin salirnos de la pista. Hay también pruebas contrarreloj más complejas, en las que debemos recorrer tres vueltas perfectas sin penalizaciones: el ganador será el que tenga mejor tiempo promedio.
Pero también tenemos la modalidad Destrucción, una de mis favoritas del juego. Acá tenemos que recorrer un pequeño trazado que está lleno de dianas (de distintos valores). El objetivo es simple: derribar la mayoría de ellas con el coche. Parece sencillo, pero conseguir el mayor puntaje requiere que derribemos las dianas a velocidad, por lo que es indispensable conocer bien la pista.
Otra de las opciones jugables de Project CARS 3 es Rivales, que consta de diversos retos diarios, semanales y mensuales (en las distintas modalidades ya descritas), en los que medimos nuestro nivel con jugadores de todo el mundo.
El tercer gran apartado online es el Multijugador, donde tenemos las clásicas partidas personalizadas y las partidas rápidas. En estas últimas, el emparejamiento es bastante acercado, basado en nuestro nivel de habilidad (que ya explicaré más adelante). Sin embargo, lo mejor de este apartado son los Eventos programados, que se renuevan cada 20 minutos y nos permiten ganar experiencia y dinero.
Project CARS 3 representa un cambio brusco respecto a las anteriores entregas, ya que ahora estamos ante un juego alejado de la simulación. No llega a ser un título de conducción arcade, pero queda a medio camino entre ambas vertientes. Esto no es necesariamente malo, pero sí creo que los seguidores puristas podrían sentir el golpe.
El cambio me parece correcto hasta cierto punto, ya que Project CARS 3 es un videojuego bastante accesible para jugadores poco experimentados en títulos de conducción. Esto se complementa con un sistema de progresión amigable, en el que sumamos experiencia casi por cualquier cosa que hagamos (tomar bien una curva, adelantar usando rebufo, alcanzar el podio en la carrera, etc.).
Aparte del nivel de conductor, tenemos el nivel de habilidad, que refleja nuestro perfil de conductor. Este nivel subirá si hacemos vueltas perfectas, sin salirnos del trazado, si realizamos pasadas limpias, entre otros parámetros. No es determinante para pasar la campaña, pero sí es el nivel que utilizará el sistema para emparejarnos en el multijugador online.
Project CARS 3 tiene una gran cantidad de vehículos: más de 200, entre reales y ficticios, en distintos tipos: deportivos, clásicos, de carreras y hasta prototipos. Pero también hay variedad en lo referente a pistas: más de cien en varios países (aunque la presencia latinoamericana se reduce a Brasil y Cuba).
No quería cerrar esta sección del análisis sin destacar los efectos de sonido de Project CARS 3. Se disfruta mucho escuchar el rugir de los motores, con una marcada diferencia entre coche y coche, pero también dependiendo del cambio en que estemos. Los frenazos y choques también ganan mucho con los efectos implementados. Ninguna objeción en este apartado.
Lo malo
El apartado gráfico me ha dejado bastante disconforme. No se ve mal, aclaro, pero hay varios juegos del género que lucen mucho mejor. De hecho, esta tercera entrega representa un paso atrás respecto a lo visto en Project CARS 2.
Hay otras falencias, como sobras poco definidas e inexplicables manchas blancas en pleno trazado, así como un pobre diseño del público observando las carreras: son poco más que maniquíes inanimados puestos por poner.
El gameplay mantiene el framerate estable en 60 FPS la mayor parte del tiempo, pero hay momentos en los que hay ciertos bajones, específicamente cuando hay congestionamiento en la pista.
Huelga decir que jugué Project CARS 3 en mi veterana PlayStation 4, por lo que estimo que el juego correrá mucho mejor en PlayStation 4 Pro, Xbox One X y PC (dependiendo de tus componentes, claro está).
En el apartado jugable, creo que la inteligencia artificial de los rivales tiene margen de mejora: se puede graduar el nivel de dificultad y la agresividad de los competidores, pero igual se sienten reacciones poco realistas que quitan un poco el brillo a las pruebas.
La música del juego es apenas correcta, pasando desapercibida la mayor parte del tiempo. Nada memorable en este apartado.
Project CARS 3 incluye diálogos, tanto de una voz femenina que explica las características del juego (una suerte de tutorial cada vez que accedemos a una nueva modalidad) y una voz masculina que funge como tu coordinador en plena carrera. Ambas están en inglés, sin opciones de doblaje.
Acá otra falencia: la interacción con tu coordinador en competencia es bastante básica, con un puñado de instrucciones y consejos. Además, estos diálogos son bastante repetitivos, al punto que en apenas un par de horas creo haber escuchados todos.
Lo feo
En la primera sección del análisis ya mencioné el cambio de enfoque de Project CARS 3, que ha pasado de ser una saga de simulación para coquetear en muchos aspectos con el estilo arcade. Reitero: no me parece una mala decisión, pero esto, lamentablemente, ha acarreado recortes a la propuesta de la saga.
Por ejemplo, los daños por choques, cuya visibilidad es aleatoria (a veces un choque no genera rasguño alguno en el chasís), ya no tienen efectos en el desempeño de los coches. En la misma tónica, todos los elementos para mejoras de los automóviles se han simplificado, para dar paso a un editor estético de los coches muy detallado: podemos cambiar colores, texturas, placas (yo le puse CHUQUI, como ven en las fotos), números de competencia, colocar calcomanías y hasta modificar el tipo de neumáticos (todo sin efectos en la jugabilidad).
Conclusión:
Project CARS 3 es una propuesta harto arriesgada, ya que este videojuego cambia notablemente el enfoque jugable de la saga. Project CARS 3 abre los brazos a jugadores más casuales, pero es una entrega que puede dejar bastante disconformes a los seguidores más puristas de la saga, que estaban cómodos con el enfoque de simulación de los primeros títulos. Tal vez acá Slightly Mad Studios pudo plantearse la posibilidad de dividir su saga en dos vertientes, tal como Forza, que tiene Motorsport, para los fanáticos de la simulación, y Horizon, para los más casuales. Fuera de este debate, Project CARS 3 es entretenido y, como ya mencioné en el análisis, tiene bastante y variado contenido. Es un juego con mucho margen de mejora, pero en el balance general creo que es una opción para tener en cuenta, más aún este año que no viene cargado con buenos títulos del género de conducción.
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