El lanzamiento de Final Fantasy VII, en 1997, marcó un hito en la industria de los videojuegos. Más allá de bizantinas polémicas sobre si es el mejor de la saga, lo único cierto que es que este videojuego fue el culpable de que los RPG se popularizaran alrededor del mundo, llevando este género a un público nuevo, ávido de consumir estas historias.
Por ello, el anuncio del remake de Final Fantasy VII, en 2015, causó tanta expectativa en la comunidad gamer, que esperaba revivir la historia de Cloud y compañía con mejores gráficos y, de ser posible, con mecánicas jugables adaptadas a los tiempos actuales.
Sin embargo, con el juego en el mercado, la comunidad se ha dividido, debido a las licencias argumentales que se tomó Square Enix para reinterpretar la historia que conocimos en 1997. Los cambios son tan grandes que ya no se puede saber a ciencia cierta qué nos traerá la siguiente entrega del remake (que apenas ha cubierto los acontecimientos en Midgar). Muchos no querían esto cuando se anunció el remake.
Esta polémica me dio pie a analizar qué es lo que debemos esperar de los remakes. ¿Deben ser meras actualizaciones gráficas y técnicas de la misma historia?, ¿se deben realizar cambios en la jugabilidad?, ¿la historia no se toca? Sin duda hay mucha tela por cortar, y por ello convoqué a periodistas, desarrolladores y representantes de la prensa gamer local para abordar el tema.
El periodista Leonardo Ancajima, de Progamer y Niusgeek, sostuvo que los remakes son “un arma de doble filo” para los desarrolladores y compañías, precisamente porque la comunidad está dividida respecto a lo que quiere de ellos.
“Los fanáticos esperan más que nada el juego (original) con gráficos acordes a las plataformas actuales. Más que cambios (en la historia), desean más contenido que complemente las aventuras originales”, me comentó.
“Sin embargo, también vemos casos en los que los cambios en la jugabilidad han sido bienvenidos y alabados por los jugadores, como en Resident Evil 2 Remake. Por lo mismo, el desarrollador debe ser consciente de lo que piensan sus aficionados y no actuar solo apelando a la nostalgia”, agregó.
¿Remake o remaster?
El analista y podcaster Enrique ‘Junior’ Martínez, de Parallax, apuntó que la expectativa en torno a los remakes choca frontalmente con el desconocimiento en la comunidad de la definición del remake, siendo confundido con las remasterizaciones, que son adaptaciones técnicas del producto original.
“La mayoría de gamers pide una ‘reencauchada’, un upgrade técnico con tecnología actual, para que el juego se vea mejor. (...) A veces con un remaster basta y sobra, dependiendo de qué generación estamos hablando. Otras veces una completa rehechura es mal vista porque no se respeta el espíritu del original, y rara vez resulta mejor o al mismo nivel. La gente quiere algo nuevo, pero que no sea diferente a lo que conocen. Quieren algo familiar, pero diferente”, mencionó.
Sin embargo, según Martínez, estos remasters rara vez causan el impacto comercial que las compañías esperan frente a los remakes, que “son mucho más exitosos y mejor aceptados”. “Los remasters son bien recibidos al principio, pero al poco tiempo terminan en estanterías de tiendas a precios de remate. Y es que, al fin y al cabo, los remasters son los mismos juegos que ya conocemos”.
Los tiempos cambian
Los remakes no siempre son sinónimos de cambios. Hay varios casos en los que los desarrolladores respetaron la historia y jugabilidad, dedicándose a rehacer los entornos y modelados de personajes, como en Crash Bandicoot N. Sane Trilogy (2017) o Shadow of the Colossus (2018).
Hay casos como Resident Evil (2002), que respetó la jugabilidad y la historia, pero se tomó la licencia de ampliar el lore, sentando nuevas bases en la saga. Pero también hay lanzamientos como Metal Gear Solid: The Twin Snakes (2004), que hizo cambios en la jugabilidad, respetando la historia original creada por Hideo Kojima.
Debido a esto, Beto Pinto, habitual colaborador en Más Consolas, señaló que las compañías deben plantearse “con mucho cuidado” a qué público quieren llegar con los remakes.
“Si quieren llegar al público que jugó el juego original, deben tratar de apegarse mucho a la historia y a la jugabilidad original. En cambio, si el remake apunta a ganar nuevos fanáticos, puedes tomarte ciertas libertades, además de tener que adecuar ciertos paradigmas culturales nacidos de la globalización”.
Esto abre otro punto a tener en consideración: la evolución de la industria y el paso de los años. Muchos temas que se abordaron en los videojuegos hace una o dos décadas pueden haber quedado obsoletos, pasando de ser revolucionarios o trasgresores a meramente anecdóticos. Johann Aldazábal, de Gamecored, lo expone así:
“Tengo la convicción de que muchos títulos funcionaron en su época por ser parte de ese periodo. No sería justo intentar que ese ‘mismo’ juego funcione actualmente, considerando todos los cambios que ha atravesado la industria y las experiencias que hemos vivido como parte de nuestro crecimiento”.
“Yo creo que un remake debe apuntar a más, y no solo vivir respaldado de recuerdos nostálgicos. Y, en ese camino, ir forjando su propia identidad como un producto desarrollado pensado en el público actual. Evidentemente, eso va a acarrear cambios a nivel de diseño, gameplay y gráficos, y me parece perfecto”.
La importancia de la jugabilidad
Danielle Villar, postproductora y gamedev, apuntó que, desde su perspectiva, la opción a innovar la jugabilidad en los remakes “debería de estar siempre abierta”, ya que la industria evoluciona y, por ende, las mecánicas que un día hicieron grande un videojuego no necesariamente han envejecido bien. El caso de Final Fantasy VII es el ejemplo perfecto.
“(Cuando se lanzó Final Fantasy VII) la industria se encontraba en una etapa totalmente distinta a lo que es hoy en día. ¿Por qué no aprovechar la tecnología actual para desarrollar un diseño que tome por concepto el juego original y, a la vez, ofrezca una experiencia distinta? De esta manera, el jugador ‘fan’ y los nuevos consumidores podrían interactuar con la misma historia que todos aman, mediante una perspectiva fresca”, sentenció.
Para Villar, la historia de un remake “no debe de cambiar”, pero -apuntó- “la adaptabilidad de la interacción hacia la innovación generacional es importante, para no caer en producciones que hayan sido solo ligeramente embellecidas por nuevos gráficos de manera facilista”.
Erick Paz Villarroel, editor de MasGamers, dijo esperar de los remakes una “reimaginación” de la historia original, e hizo un símil con la industria cinematográfica, donde abundan los remakes de películas, con casos en los que la adaptación superó al producto original.
“En un videojuego, más que un nuevo gameplay o historia, me gustaría una actualización de los mismos. (...) No necesariamente el estilo de juego e historia de su época funcionan bien en la actualidad. No se puede ignorar la evolución que los videojuegos siguen teniendo y, más aún, su público”, refirió.
“Considero que un buen remake es aquel que toma de base la historia principal, pero yendo por su propio camino, mostrando un orden diferente o cambios de situaciones que tal vez expliquen mejor las situaciones de la obra original”, añadió.
“Siempre va a existir el juego original”
Las opiniones antes mencionadas son claras y nos muestran muchos parámetros a tener en cuenta al momento de valorar a los remakes y las expectativas en torno a ellos. Sin embargo, Juan Pablo Cabrejos, streamer y podcaster en Jotaconpe, nos recuerda algo que muchas veces olvidamos: “El título original siempre va a existir, y lo puedes jugar cuando quieras”.
“Soy de mente abierta, no me importa que cambien la historia de un clásico. Me emociona la idea de que utilicen el universo de alguna franquicia que me gusta y creen algo nuevo con los elementos”, mencionó.
“Los juegos evolucionan. Imagina que Mortal Kombat se haya quedado con el sistema de peleas de los noventa o que Doom siga siendo igual de tieso que los originales. (...) En general, creo que cualquier cambio es bienvenido, siempre y cuando esté bien ejecutado y no sea creado simplemente para vender descaradamente”, remató.
La nostalgia y el ‘todo tiempo pasado fue mejor’ nos hacen mirar atrás con la idea de que nada debería cambiar, de que los videojuegos solo necesitan una actualización de gráficos para seguir viéndose y sintiéndose como antes. Sin embargo, esto no es así.
Como ya han señalado los expertos consultados para este informe, los videojuegos han evolucionado y los jugadores han crecido con ellos, ganando nuevas experiencias y vivencias. Es imposible que juegos como Final Fantasy VII, Metal Gear Solid o Resident Evil tengan hoy el mismo impacto que tuvieron en sus años de lanzamiento.
Sin embargo, esto no quita un ápice su influencia ni su relevancia en la industria de los videojuegos. Los remakes pueden servir para revivir esas queridas épocas pasadas, pero jamás reemplazarán a los originales.
Y ustedes, ¿qué opinan sobre los remakes de los videojuegos?
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