Hablar de DOOM Eternal es hablar de uno de los mejores shooters de la historia. El videojuego de id Software y Bethesda roza la perfección en varios apartados, ofreciéndonos uno de los gameplays más satisfactorios y retadores que recuerde, sumado a un apartado gráfico y técnico a la altura y, como guinda en el pastel, una banda sonora cargada de poder y metal. Fue mi GOTY 2020 y desde ya lo ubico como uno de los mejores lanzamientos de la pasada generación.
La primera expansión de DOOM Eternal, llegada hace medio año, no hizo más que reafirmar mis sensaciones respecto al juego base, aunque -debo reconocer- las novedades jugables fueron pocas, enfocándose el estudio en darnos ‘más de lo mismo’, lo cual no es necesariamente malo, si tenemos en cuenta lo que les acabo de decir sobre el juego.
The Ancient Gods - Part Two, estrenado el pasado 18 de marzo, cierra el arco argumental iniciado con la primera expansión. [Spoiler] Para erradicar a los demonios remanentes en la Tierra y en Urdak, Doom Slayer debe hacer frente al Señor Oscuro, gobernante supremo del Infierno. Para ello, nuestro protagonista inicia una cruzada para llegar a la ciudad de Immora, capital del Infierno. [Fin del spoiler]
Claroscuros de la expansión
La nueva expansión de DOOM Eternal me ha dejado con sensaciones encontradas, ya que en algunos apartados mejora (y mucho) lo visto antes, pero en otros me quedé algo decepcionado. Empecemos por lo bueno: las novedades jugables.
The Ancient Gods - Part Two trae notables novedades en el gameplay, empezando por el interesante uso que se le da a la cadena de nuestra escopeta recortada. La cadena ya no será una simple arma secundaria, sino que ahora nos servirá para resolver algunas secciones de plataformas. Es una inclusión que se pedía a gritos desde el juego base. Llega algo tarde, pero bienvenida sea.
Otra novedad en el aparado jugable es el Martillo del Centinela, un arma devastadora que nos permitirá realizar un golpe en el suelo para hacer daño a todos los enemigos que se encuentren cerca. Su uso es realmente útil en combate y nos permitirá darnos un respiro durante los enfrentamientos contra las hordas de demonios.
Hay otra inclusión menor, pero -creo yo- muy útil. Ahora tenemos al centro de la pantalla los indicadores de carga del lanzallamas, la motosierra, el Blood Punch, etc. Esta ubicación nos permite estar al tanto de los recursos que tenemos a la mano para hacer frente a los demonios, sin tener que estar desviando la vista a la parte inferior derecha de la pantalla.
La segunda expansión de DOOM Eternal también nos trae nuevos enemigos para enfrentar. Lo bueno es que la mayoría de ellos representa un interesante reto estratégico en el campo de batalla. El menos innovador es el Demonic Trooper, soldados bastante débiles que podremos eliminar fácilmente. En la misma tónica, está el Riot Soldier, que porta un escudo indestructible. La única manera de acabar con él es atacándolo por la espalda. No algo muy complicado.
La cosa mejora con el Armored Baron, que tiene una coraza que debemos destruir utilizando el rifle de plasma. Una vez destruida la coraza, recién podremos hacerle daño. También está el Stone Imp, que solo podremos acabar con el modo Full Auto de nuestra escopeta. Es un enemigo bastante complicado, ya que es inmune casi todos nuestros ataques y su golpe principal consiste en abalanzarse brutalmente hacia nosotros, bajándonos armadura y vida.
Uno de los enemigos más interesantes que llegó en esta expansión fue el Cursed Prowler, que si nos muerde nos envenena y ralentiza nuestros movimientos. La única manera de salir de este estado es buscar al Cursed Prowler en el campo de batalla y acabar con él. Y la otra gran novedad es el Screecher Zombie, que emite un grito que otorga más poder a los enemigos cercanos. Acá se implementó un interesante reto: para acabar con el Screecher Zombie no debemos atacarlo a él, ya que, al dañarlo, volverá a gritar, otorgando más poder a los enemigos cercanos. El truco acá está en acabar con los enemigos alterados, ignorando por completo al Screecher Zombie.
La duración de The Ancient Gods - Part Two ronda las cinco horas, una extensión más que aceptable para un DLC. Además, es bastante rejugable, ya que tenemos el reto de conseguir todos los secretos y coleccionables desperdigados por el escenario.
Lo negativo
El gran problema de The Ancient Gods - Part Two está, creo yo, en su desenlace. No solo tuvo un final bastante anticlimático, sino que las preguntas que se plantearon al cierre de la primera expansión quedaron sin contestar. Sin entrar en spoilers, creo que el gran problema es que deja en una interrogante el futuro inmediato de la saga, salvo que la intención de id Software sea apostar por otro protagonista en la siguiente entrega o, quién sabe, en una próxima expansión.
Pese a lo antes mencionado, creo que The Ancient Gods - Part Two es una expansión harto recomendable para quienes jugaron y disfrutaron de DOOM Eternal. Mi recomendación es apostar directamente por el Year One Pass, que incluye ambas partes a un precio especial.
Y si aún no juegas DOOM Eternal, ¡qué esperas! Eso sí, compra el pack completo, el que incluye el juego y los DLC, ya que -lamentablemente- el destino de Doom Slayer lo conoceremos recién al jugar las expansiones.
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