Pese a que llegar no es fácil, el camino y el destino pagan en cada metro el esfuerzo.
La “Laguna de los Cóndores” se encuentra en la parte baja de los andes amazónicos, dentro de un bosque húmedo tropical lluvioso, a 2600 msnm. Tiene cerca de 2 km de largo por 500 mts de ancho. Sus aguas se ven oscuras, en parte, por su profundidad, que oscila entre los 70 y los 150 metros, pero también por su alto nivel de ácido tánico, una sustancia que liberan las plantas al descomponerse.
Llegar a este paraíso amazónico no es nada sencillo, la caminata desde el pueblo de Leymebamba, en la provincia de Amazonas, nos puede tomar entre 10 y 12 horas, aunque la belleza del camino paga, kilómetro a kilómetro, el esfuerzo físico de la ruta.
Camino al Mausoleo
Una vez en la orilla de la laguna nos tomó 40 minutos remar hasta el otro extremo. Dejamos parte de nuestras cosas en el bote y empezamos el vertiginoso ascenso hacia los mausoleos.
El acceso es complicado y agreste, el fango, junto a la pronunciada pendiente, hace que uno tenga que andar con mucho cuidado.
Luego de 45 minutos llegamos. Quedamos impresionados de cómo los antiguos Chachapoyas pudieron construir estos mausoleos en medio de un acantilado vertical. Sobre ellos cae una cortina de agua que increíblemente no moja los restos arqueológicos.
Hay mas mausoleos alrededor de la laguna, estos han sido poco estudiados debido al difícil y complicado acceso.
Dentro de estas seis estructuras arquitectónicas funerarias, fabricadas de adobe y barro, se encontraron 219 momias, cada una dentro de su respectivo fardo funerario.
Las momias fueron trasladadas, durante varios meses, a lomo de bestia, al pueblo de Leymebamba, donde descansan en un museo de sitio.
Textos y Fotos: Arturo Bullard
Mas información en el blog TROTAMUNDOS:
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