“Ser productivo” no significa estar sentado en tu escritorio durante 12 horas; el descanso es parte importante para un buen desempeño en el trabajo.
El estrés del día a día en el trabajo, las múltiples tareas y las extensas reuniones de trabajo, sin duda, son motivos suficientes para acabar agotados. Si tu primer pensamiento al despertar es sobre algún pendiente en el trabajo y te cuesta dormir con facilidad, entonces tu cuerpo puede estar pidiendo a gritos un momento de descaso. Esto puede ser muy perjudicial para tu desempeño, ya que el agotamiento puede estar interfiriendo en tu rendimiento y productividad en el trabajo. Por eso, te decimos cuáles son las señales que te dará tu cuerpo y que debes prestar mucha atención.
Fatiga mental. ¿Te sientes agotado durante las horas de trabajo? ¿Te distraes fácilmente? Cuando tu cuerpo empieza a sentir mucho cansancio, y no puedes mantenerte despierto, dormir ocho horas no será suficiente. Trata de descansar más temprano, y aprovecha los fines de semana para recuperar energías; así, cuando regreses al trabjo, te sentirás más motivado y enfocado.
Cometes errores tontos. Cuando te das cuenta que estás cometiendo más errores de lo habitual, puede ser que tu mente esté tan cansada que no pueda concentrarse como se debe. En ese caso, lo más probable es que necesites darte un descanso; sal a caminar, respira aire fresco, has ejercicios, para luego retomar con tus tareas habituales.
No estás motivado. Si no tienes ganas de levantarte de la cama por las mañanas y no quieres hacer nada que esté relacionado con tu trabajo, incluso, hablar de ello, quizás sea momento de darte un respiro. De lo contrario, solo sentirás agobio y poco a poco llegarás a sentir rechazo hacia lo que haces. Recuerda que tu mente necesita descansar del estrés y la rutina diaria.
Te irritas fácilmente con tus compañeros de trabajo. Las personas pasan más de 10 horas con los mismos compañeros de trabajo al día; sin duda, puede llegar a ser bastante agotador. Cuando estás consumido por el trabajo, lidiar con ellos puede resultar desafiante. Si sientes que todo lo que ellos hacen te molesta, y no encuentras la mejor forma de comunicarte; entonces es hora de salir de tu oficina y darte un “break”.
Piensas en tu trabajo al llegar a casa. Cuando llegas a tu casa debes despojarte de tus responsabilidades laborales y enfocarte en pasar tiempo con tus amigos o familia; es un momento para ti, y para pensar en otras cosas. Sin embargo, cuando estás pensando constantemente en tus pendientes y en todos los trabajos que tienes que hacer, aún cuando ya no estás en horario de trabajo, entonces tu mente no estará descansando y tu salud se puede ver perjudicada.
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