Razonar y reflexionar, sin dejarse llevar por las emociones y las situaciones, son dos actividades que deben fomentarse a corta edad.
En términos sencillos, la única forma de desarrollar el pensamiento crítico es aprendiendo a pensar. Esto consiste en una serie de habilidades que van desde identificar y reconocer relaciones, hacer inferencias correctas, evaluar evidencias, realizar proposiciones sólidas y deducir conclusiones.
Tener la capacidad de reflexionar y razonar de una manera eficiente hace que las personas no se dejen llevar fácilmente por las emociones. De este modo, frente a un incidente o situación confusa se podrá tomar la evidencia más correcta y hallar la mejor explicación posible. Así, con esa permanente capacidad de reflexión, un niño desarrollará valores fundamentales como la justicia, la tolerancia, la solidaridad, el respeto, entre otros.
Aunque estas capacidades son inherentes al ser humano desde temprana edad, la dependencia a los aparatos tecnológicos y una educación sobreprotectora puede afectarlas. Por ello, la página web Guía Infantil, especializada en la educación y salud de los niños, recomienda promover estas actividades en niños:

1) Resolver problemas matemáticos sencillos.
2) Comentarle una noticia del día y pedirle su opinión.
3) Fomentar la lectura y ver películas para realizar un debate después.
4) Hacerle preguntas de comprensión lectora después de haber leído juntos su cuento favorito.
5) Dejarles decidir con autonomía en ciertos aspectos y no acostumbrarlos a imponerles nuestros criterios.
6) Enseñarles a analizar los pros y los contras y a estar bien informados.
7) Comparar y contrastar historias.
8) Realizar tareas en grupos para que se desarrollen valores como la igualdad, la tolerancia o la empatía.
9) Aprender que no es malo no estar de acuerdo con la opinión de los demás, siempre que se respete el punto de vista del otro.
10) Tener en cuenta los sentimientos de los demás.
Por último, es vital lograr que los niños tengan una autoestima fortalecida. Esto, unido a la capacidad de reflexión y pensamiento, les permitirá tomar decisiones a corta edad y ser más autónomos. Resolver problemas y tomar decisiones de forma exitosa deben promoverse a corta edad ya que son aspectos cruciales cuando llega la etapa de la adultez. En ese sentido, los padres son los primeros maestros que deben asumir esta tarea.

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