Según especialistas, el apego puede fácilmente transformarse en dependencia emocional.
Hay especialistas en la salud emocional, como el psicólogo John Bowlby, que consideran la importancia del vínculo denominado “apego” entre madre e hijo para el óptimo desarrollo psicoemocional de un individuo. Este tipo de apego es indispensable para apreciar a la naturaleza en su esplendor, pues es la que nos permite desarrollar herramientas para proyectos académicos y profesionales, familiares, sociales y amorosos.
Sin embargo, existe también el apego que, en el paradigma budista, implica el rechazo al cambio y que a su vez produce sufrimiento. Es este tipo de vínculo que al no cumplir con lo deseado, resulta en frustración y dolor. Por ello, en el budismo se promueve constantemente la renuncia al apego.
Incluso para especialistas en la salud mental más apegados a las premisas budistas, como el psicólogo Walter Riso, el apego puede fácilmente resultar en dependencias emocionales que todos los humanos sufrimos en mayor o menor medida. El napolitano considera que si algo o alguien es indispensable para la felicidad hay un grave problema porque “estás a la sombra de tu amo”, como si se entregase “el alma a cambio de obtener un falso placer y seguridad”.
El apego en el paradigma budista es, en palabras de Riso, un vínculo obsesivo con un objeto, idea o persona que se fundamenta en cuatro creencias falsas: que es permanente, que te va a hacer feliz, que te va a dar seguridad total y que dará sentido a tu vida. Cuando tienes un vínculo de este tipo no estás preparado para la perdida y no aceptas el desprendimiento.
A diferencia del apego bowlbiano que nutre y brinda herramientas tanto de seguridad como de supervivencia, este tipo de apego corrompe, pierdes tu dignidad y tu respeto. También pierdes libertad, y no puedes decidir cómo te vas a mover. Pierdes tranquilidad porque una de las características del apego es el miedo a perder aquello que deseas. Finalmente, también pierdes también la alegría. Tu mente está tan metida en invertir recursos que pierde la posibilidad de disfrutar la vida con muchas otras cosas, te absorbe.
El especialista promueve el desapego como medida de prevención y contención ante una adicción. Como primera medida, es importante entender que cualquier necesidad es potencialmente susceptible de convertirse en un apego. Cuando la necesidad se convierte en algo imprescindible y no eres capaz de decir: si lo tengo bien, y si no, también. Para evitar el apego en una relación, por ejemplo, habría que cambiar la expresión ‘te necesito’ por ‘te prefiero’.
Riso explica que con el desapego el dolor se asumirá como algo inevitable, y un sufrimiento inútil cambiará por uno útil, que es el del duelo y la pérdida asumida.
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