Haciendo un balance entre elegante y casual, estos pantalones siguen siendo, a pesar de los años, el complemento perfecto de muchos. Descubre cómo sacarles provecho.
Una prenda que debe tener un lugar reservado en tu closet son, sin duda, los Khakis. Y es que estos pantalones han pasado de ser una prenda exclusiva de los looks más clásicos a combinar con estilos casuales, como es el caso de la combinación de denim con Khakis, que cada vez tiene más adeptos.
¿Dónde nació este clásico? Los Khakis tienen su origen en la India, tal como nos recuerda Ricardo Domínguez, autor y editor de Estilocracia, blog de moda. Durante el siglo XVII, los soldados ingleses empapaban sus pantalones blancos de pijama en extracto de hojas de té verde para aguantar las altas temperaturas y también para camuflarse mejor.
Un siglo más tarde, se convertiría en el pantalón de los famosos exploradores ingleses en África. Pero no sería hasta mediados del siglo XX que causaron furor, ya que por aquel entonces, el ejército de Estados Unidos los utilizaría como prenda habitual en la II Guerra Mundial, convirtiéndolos en una de las prendas ícono de los héroes americanos. Así hasta nuestros días, no sin antes convertirse en pieza de culto de actores como Steve McQueen o el mismísimo presidente norteamericano John F. Kennedy.
¿Cómo y cuándo usarlo? Desde hace un par de años, los Khakis han vuelto con fuerza debido al auge del look casual. La clave para combinarlo bien es evitar el estilo monocromático y elegir prendas que realcen el estilo del pantalón.
Los Khakis vienen en una amplia gama de colores, como el azul marino, el marrón oscuro, el verde olivo o militar, el negro o blanco. Estos son algunos de los tonos que te ayudarán a realzar un look con este clásico, que como puedes ver, combina con casi todo. Al no tratarse de una prenda exclusiva para el verano, puedes sacarle partido en cualquier estación. Las posibilidades de combinación son muy amplias.
Comparte esta noticia