En estos tiempos, la educación tiene que reinventarse para ponerse en línea con los nuevos hábitos de los estudiantes y la tecnología de punta.
En la educación superior contemporánea, el modelo basado en la clase magistral, esa en la que un profesor hablaba y escribía en la pizarra durante horas, cada vez tiene menos cabida. La irrupción de nuevas tecnologías y los cambios en los hábitos de los estudiantes han llevado a cambios importantes en los métodos de enseñanza. El aprendizaje colaborativo y el aprendizaje experiencial son dos alternativas que han cobrado fuerza y prometen marcar la pauta en la educación durante los próximos años.
El aprendizaje colaborativo (AC) se produce cuando dos o más personas trabajan juntas para aprender algo. Para ello, se recurre a herramientas como la interacción y la experiencia. En este método de aprendizaje se forman grupos, en los cuales cada individuo asume un papel y ciertas responsabilidades, por lo que establecen relaciones asimétricas. Cada miembro del equipo se hace responsable individual de una parte del trabajo, pero también es responsable del resultado del equipo completo.
El aprendizaje colaborativo va más allá del simple trabajo en equipo, porque el objetivo no es realizar una tarea, sino adquirir conocimiento. “La idea que lo sustenta es sencilla: los alumnos forman ‘pequeños equipos’ después de haber recibido instrucciones del profesor. Dentro de cada equipo los estudiantes intercambian información y trabajan en una tarea hasta que todos sus miembros la han entendido y terminado, aprendiendo a través de la colaboración”, señala el Tecnológico de Monterrey.
Eso quiere decir que el objetivo no se logra hasta que el docente no constata que el aprendizaje realmente se ha producido. “Los estudiantes aprenden más cuando utilizan el AC, recuerdan por más tiempo el contenido, desarrollan habilidades de razonamiento superior y de pensamiento crítico y se sienten más confiados y aceptados por ellos mismos y por los demás”, destaca el mismo documento.
Por su parte, el aprendizaje experiencial se diferencia de los métodos tradicionales en que pone por delante la acción. Solamente después de que los alumnos ha experimentado es que el profesor propone la revisión de los conceptos teóricos y reflexionen sobre cómo estos explican lo que antes han tenido oportunidad de observar.
“El aprendizaje experiencial propone una actitud activa del estudiante, que se establece a partir de su relación con los contenidos desde el ángulo que le despierta mayor interés. Esto favorece su motivación por el proceso de aprendizaje y la retención de lo aprehendido en dicho proceso”, explica el sitio web aprendizaje-experiencial.org.
En comparación con un educador tradicional, que apela a la razón, el docente que aplica el aprendizaje experiencial trabaja con la intuición de los estudiantes y tiene un papel móvil. Es decir, el estudiante es el protagonista del proceso de aprendizaje y el profesor es una suerte de facilitador. Está comprobado que los estudiantes aprenden mejor cuando hacen las cosas que cuando reciben lecciones teóricas. Y esas enseñanzas perduran más.
Estos métodos de enseñanzas se pueden aplicar en todos los niveles de enseñanza: desde la escuela primaria hasta el posgrado. Es importante que los docentes actualicen sus conocimientos y usen estas herramientas para mejorar sus capacidades.
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