De no tratarse a tiempo, la anemia puede afectar el desarrollo físico, motor, mental y neurológico del niño, dando como resultado el bajo rendimiento escolar y la reducción de su capacidad física e intelectual.
Los primeros años de vida de niños y niñas son cruciales para intervenir y prevenir la anemia, pues se trata del periodo más crítico para el desarrollo infantil. Pese a esto, en el Perú el 60% de casos de anemia se concentra en el primer año de vida, según cifras del Ministerio de Salud.
Jenny Garcia, nutricionista a domicilio de la clínica SANNA, indica que las tasas altas de anemia se presentan entre los 6 a 8 meses porque en este periodo los bebés dejan la leche materna para empezar a alimentarse con otras cosas y usualmente los alimentos no se introducen de manera correcta, causando un desbalance.
Diagnóstico de anemia
De acuerdo con García, cuando se trata de bebés, lo primero que se revisa son los antecedentes: si es un niño prematuro o si la mamá tuvo anemia antes o en el embarazo, es más probable que el hijo o hija también la tenga.
Ya que en los bebés no es posible realizar una evaluación de síntomas concretos, se recurre a una prueba de laboratorio que mide la cantidad de hemoglobina, para esto se toma una muestra de sangre del talón.
En niños de 3 años a más es preciso ver la curva de crecimiento (estatura, peso y el tamaño de la cabeza), así como analizar si existen enfermedades recurrentes. También se revisan signos como dolores de cabeza, sueño y cansancio. Adicionalmente, el médico realiza un examen físico que incluye observar el color de la piel de la palma de las manos, buscar palidez de mucosas de los ojos, examinar la caída del cabello y verificar uñas quebradizas.
Es importante destacar que el examen físico no es suficiente para diagnosticar la anemia. Siempre se requiere un examen de laboratorio (sangre) para poder concluir de forma determinante que se padece esta enfermedad.
Niveles de hierro y hemoglobina
La especialista indica que hasta los 6 meses la necesidad de hierro se cubre con leche materna. Luego, la cantidad diaria en menores de 6 meses es de 0.27 mg; de 7 meses a 1 año es de 11 mg; de 1 a 3 años es de 7 mg y de 4 a 8 años es de 10 mg.
El hierro es un mineral necesario para formar la hemoglobina, a su vez, esta permite llevar oxígeno a todo el cuerpo. Los niveles mínimos de hemoglobina son:
Edad | Niveles mínimos de hemoglobina |
Recién nacidos | 18.5 g/dL |
Bebés de 1 mes | 14 g/dL. |
De 2 a 6 meses | 11.5 g/dL. |
6 meses a 2 años | 12.5 g/dL. |
2 a 6 años | 13.5 g/dL. |
Fuente: Jenny Garcia, nutricionista a domicilio de la clínica SANNA |
Prevención y tratamiento
Es importante detener y prevenir esta enfermedad desde el nacimiento ya que, de no tratarse a tiempo, puede afectar el desarrollo físico, motor, mental y neurológico del niño, dando como resultado el bajo rendimiento escolar y la reducción de su capacidad física e intelectual.
Para prevenirla en bebés y niños, el Ministerio de Salud recomienda lo siguiente:
- Tabletas de hierro y ácido fólico desde la semana 14 del embarazo.
- Realizar el corte tardío del cordón umbilical para incrementar la transferencia de hierro durante el parto.
- Iniciar la lactancia materna exclusiva desde la primera hora del nacimiento.
- Micronutrientes desde los 6 meses hasta los 5 años.
- Alimentos ricos en hierro. De origen animal como sangrecita, pescado de carne oscura, el bazo, hígado; o de origen vegetal como la espinaca, acelga, brócoli, lentejas.
Sobre cómo tratarla, la especialista cometa que “hay que identificar la causa de la anemia para dar un tratamiento”, pero hace hincapié en que generalmente es por temas de alimentación y falta de hierro. La especialista indica que el tratamiento general se sostiene siempre en la alimentación por lo que es básico elaborar una dieta personalizada y adecuada al contexto social, económico y cultural del niño y sus padres.
Adicionalmente, se puede tratar con suplementos nutricionales (micronutrientes que tengan ácido fólico y vitamina B12 principalmente), así como gotas y jarabe de hierro, como indica el MINSA. En casos muy especiales se puede tratar con hormonas y en situaciones más extremas con una transfusión sanguínea.
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