La falta de hermanos no es excusa para que un niño no sea solidario e independiente. Es, por el contrario, un reto mayor y requiere padres comprometidos en dar el ejemplo.
Se cree que los niños sin hermanos son egoístas y que se les hace difícil compartir sus cosas. Se trata más bien de que faltó el ejemplo en casa y se les acostumbró a darles lo que pedían. De no corregirse esta conducta, serán demandantes y caprichosos. ¿Cómo evitarlo?
1) Empatía: Ser consciente de las necesidades del otro es difícil para un niño. Para un hijo único, es más complicado ya que, por lo general, sus padres satisfacen sus necesidades sin mayor esfuerzo. En estos casos se necesita promover la empatía con otros, recomienda la psicóloga de la Clínica Delgado, Vanessa Egues. Hay que empezar asignándole tareas en casa que le hagan sentir la importancia de su ayuda. Por ejemplo, si ordena su cuarto su mamá descansará un poco más.
2) Compartir: Se debe incentivar a que se relacionen con otros niños ya que la convivencia con pequeños de su edad les enseña a compartir y negociar. También se les puede hablar sobre las situaciones difíciles que enfrentan los niños que viven en orfanatos, trabajan en la calle o sufren alguna enfermedad crónica para que su nivel de empatía se desarrolle fuera del hogar y la escuela.

3) Con los pies en la tierra: Un hijo único está más expuesto a las alabanzas y críticas de sus propios padres, lo que perjudica la percepción que el niño tiene de sí mismo. Los padres deben medir sus palabras y valorar los progresos del niño más que sus logros, evitando siempre las comparaciones.
4) Valores: La falta de hermanos no se suple con muchos juguetes. Aprovecha momentos especiales del año, como la Navidad o su cumpleaños, para enseñarle la solidaridad, la justicia, la generosidad o la amistad. Estos valores le servirán en la vida mucho más que los regalos.
5) Autonomía: Enséñale estrategias para encontrar compañeros de juego, pero déjale que él mismo resuelva los problemas que pueden surgir entre ellos. Confiar en él es la mejor manera de convertirle en un niño sociable.
Aunque se aconseja promover que el niño sin hermanos comparta la mayor parte de su tiempo con otros niños, no hay que obsesionarse. Por su condición, el niño se siente a gusto cuando está con sus padres y es mejor no forzarlo a relacionarse con otros pequeños. La convivencia con otros niños no le faltará si acude a la guardería o el colegio.

Comparte esta noticia