En estos espacios diseñados para trabajadores independientes y startups se forman redes de contacto y se fomenta la innovación de los emprendimientos.
Los coworking no solo son oficinas con un buen diseño de interiores que comparten trabajadores independientes. Su atmósfera impulsa el networking así como el crecimiento de emprendimientos, por lo que hasta empresas como Google y Uber acuden a estos lugares para estimular la creatividad de sus empleados y ejecutivos.
El concepto de estas oficinas surgió en el 2005 en la ciudad de San Francisco, Estados Unidos, cuando el programador Brad Neuberg abrió un local que ofrecía a profesionales independientes mesas de trabajo, Wi-Fi gratuito, almuerzos compartidos y meditación, entre otros beneficios, bajo el esquema de una cooperativa. En la actualidad ya suman más de 10,000 coworking en el mundo según Deskmag, una revista alemana especializada.

Los usuarios frecuentes de estos espacios son freelancer, teletrabajadores, creadores de startups y profesionales que requieren de un ambiente especial para desarrollar proyectos específicos, como, por ejemplo, un arquitecto que, aun teniendo su propio estudio, necesita un lugar donde inspirarse o interactuar con otras personas. Con el incremento de trabajadores independientes, el coworking es una tendencia en alza. Para el 2018 se calcula que habrán 12,000 espacios de este tipo a nivel mundial, con más de 1’000,000 de miembros, estima la Global Coworking Unconference Conference (GCUC).
Entre los beneficios de trabajar en un coworking están las tarifas menores a las que se pagaría por rentar una oficina convencional, ya que se puede alquilar un escritorio por horas o meses, de acuerdo a cada necesidad. Además su diseño interior propicia un aspecto vital para el emprendimiento: el networking. La terraza, el comedor, la cafetería, el patio o los escritorios compartidos son el punto de encuentro entre compañeros de oficina que pueden convertirse en potenciales socios o clientes.

Esta interacción genera en los emprendedores una fuerte identidad laboral, porque al tener la oportunidad de exponer a otros profesionales lo que hacen se esfuerzan por mostrar que su trabajo es interesante y distintivo. También se genera un sentimiento de comunidad, en la que el coworker se siente contento, motivado y acompañado.
Los espacios de coworking también facilitan el desarrollo de iniciativas ya que cuentan con Internet por fibra óptica para mayor velocidad, buena ubicación, fácil acceso al transporte público, seguridad y oferta cercana de restaurantes, bares y cafés. No es casual que estos lugares se concentren sobre todo en las ciudades más innovadoras del mundo: Londres, San Francisco, Nueva York, Tokio, Barcelona, Berlín, Singapur. En Lima este tipo de oficinas ya tienen presencia en los distritos de Miraflores, Barranco, San Isidro, principalmente.
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