Hacer un presupuesto permite que todos los miembros de la familia conozcan los gastos e ingresos así como dónde eliminar gastos innecesarios y generar el ansiado ahorro.
Aunque puede resultar obvio, las finanzas familiares son diferentes a las finanzas de una persona soltera. No se trata solo de que hay que velar por las necesidades de más personas sino de que el riesgo de imprevisibilidad de éstas es mayor. Es decir, en el momento menos pensado podríamos necesitar fondos para cubrir una enfermedad o una emergencia doméstica.
Las compras innecesarias, el consumo excesivo de los servicios domésticos (agua, luz, teléfono) o el despilfarro en el entretenimiento de fin de semana pueden desestabilizar la economía familiar y evitar que haya un fondo adecuado para las contingencias. Para evitar llegar a este punto lo primero a tener en cuenta es que el manejo adecuado de las finanzas familiares empieza con la elaboración de un presupuesto familiar, según Finx, una consultora de ahorros de México.
En el presupuesto familiar se deben detallar los gastos y los ingresos para saber en qué se gasta, poder ajustar el estilo de vida de acuerdo con sus ingresos e identificar gastos innecesarios. Este es el punto principal de la buena salud de la economía familiar, por lo que todos los miembros, incluyendo los niños y adolescentes, deben estar informados al respecto.
El siguiente consejo es revisar los gastos constantemente, tal y como hacen las empresas. Si revisas tus gastos vas a tener claro dónde se puede recortar para aumentar el ahorro y así poder afrontar una emergencia. Una vez identificado las oportunidades de ahorro hay que tener una meta específica, por ejemplo, pagar una deuda o las vacaciones de mitad de año. Consulta con tu entidad financiera si tiene un plan de ahorro que te retiene un monto, ya sea del salario o de los ingresos, durante el plazo que se requiera. Al final recibes el monto con intereses.
Considera también guardar dinero a mediano y largo plazo como el ahorro para la vejez o para la cuota inicial de una vivienda, así como la adquisición de un seguro para el desempleo o para cubrir una enfermedad.
Procura liquidar las deudas lo más pronto que puedas, no dejes que los intereses crezcan en demasía y se hagan impagables. Si no sabes cómo hacerlo, acude a un asesor de tu entidad financiera para que te informe de las oportunidades de refinanciamiento de deudas.
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