La jubilación es la oportunidad de contar con el tiempo suficiente para realizar aquellas actividades que postergamos por muchos años.
Estudiar en la tercera edad ejercita la agilidad mental y la memoria, y promueve nuevas relaciones sociales, especialmente las intergeneracionales. También permite adquirir nuevos conocimientos y habilidades técnicas, los cuales ayudarán a obtener mayores ingresos económicos.
Pero, si se vuelve a las aulas después de muchos años, es necesario tener en cuenta una serie de aspectos para que estudiar sea una experiencia placentera. Con información del portal español Webconsultas Healthcare, especializado en la promoción de hábitos saludables, aquí te enumeramos algunos consejos:
1) Mantente realista: Si ya elegiste seguir una nueva carrera profesional, una maestría o un doctorado, es mejor ir con calma. Matricúlate solo en los cursos que te sientas capaz de abarcar. Eso te servirá para medir tu capacidad física e intelectual en el primer semestre. Si vas bien, podrás aumentar el número de asignaturas en el siguiente período. Por el contrario, si tomas todos los cursos y luego no puedes con algunos de ellos, solo conseguirás frustrarte y te desanimarás.
2) Forja tu propio hábito de estudios: Investiga sobre técnicas de estudios para que encuentres cuál se acomoda mejor a tu personalidad. También debes preguntarte si tienes una estrategia de estudios definida. Es decir, si tienes un plan de comportamiento sobre qué hacer y cómo en el aula y cuando estudies para un examen. Si no lo tienes, es mejor que hagas una lista y procures seguirla.
3) Pregunta y repregunta: No tengas reparos a la hora de pedir ayuda a tus profesores y compañeros cuando tengas dudas. . Busca ser parte de un grupo de estudios donde haya personas de distintas edades, especialmente jóvenes. De ellos podrás aprender sobre nuevas tecnologías de la información.
4) Ejercita tu mente: No importa si estudias para un doctorado o un taller de manualidades, nunca dejes de hacer gimnasia mental. Prueba con la lectura comprensiva, el desarrollo de resúmenes, los crucigramas, sopas de letras, sudokus, rompecabezas o juegos sobre semejanzas y diferencias. También puedes probar buscando significados de las palabras en diccionarios o comparar términos de sinónimos y antónimos.
Aunque estudiar después de los 60 puede resultar todo un desafío, reporta muchas ventajas, por lo que bien vale la pena intentarlo. No solo rejuvenece el cerebro, sino también ayuda a prevenir la depresión y las demencias. Además, el deseo de culminar una carrera o un curso, nos llena de ilusiones, lo que mejora la calidad de vida en esta etapa.

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