Incorporar una cultura de calidad en las empresas y mantener un adecuado control en los procesos productivos es sin duda una inversión a futuro.
Toda empresa preocupada por su crecimiento y desarrollo, debe ser capaz de invertir en calidad, lo que significa asumir el costo de inspección, control y certificación de sus productos. No se trata de un gasto innecesario, sino de todo lo contrario. El objetivo de todo negocio debe ser la formalización, y para conseguirlo debe seguir los procesos adecuados y tener una rigurosa supervisión de sus estándares de calidad.
De hecho, las empresas en el Perú aún tienen mucho camino por recorrer, pero no es tarde. Si se promueve una cultura de calidad en el país y logramos que todos los productores reconozcan la importancia de invertir en calidad, entonces vamos a poder competir con las grandes empresas, no solo a nivel nacional, sino también, en los mercados internacionales.
El entorno global es cada vez más exigente, es por esta razón que todos deben al menos asegurar sus estándares de producción y tener sus productos certificados por laboratorios acreditados. De esa manera, no solo se estará protegiendo al consumidor, sino que también, tendrán productos y servicios más competitivos en el mercado.
Poner énfasis en la calidad significa identificar y eliminar los errores de fabricación y de medición, es importante reconocer que la única forma de mantenerse en el mercado y de prosperar es ofreciendo productos y servicios de mayor calidad. Por esto, la calidad es una necesidad, y no debe ser tomada a la ligera, ni considerada como algo opcional, sino que debe ser el objetivo de toda empresa formal.
Necesitamos avanzar y llegar a ser un país con negocios y empresas más preocupadas por la calidad de sus productos. Todo productor debe entender que producir con calidad no solo los hace más competitivos, sino que les va a permitir tener una integración al mundo más funcional, enfocado a los intereses nacionales. Además, se harán un lugar en el mercado internacional como exportadores formales, incentivando así, la elaboración de más productos. Esto no solo pondrá una valla más alta a los demás exportadores, sino que por consecuencia, generará mayor empleo para los peruanos.
Si queremos lograr instaurar esta cultura e infraestructura de calidad, todo productor debe mirar su negocio con una visión a futuro, con una mirada empresarial. Por ello, es fundamental que miren la calidad no como un costo, sino como lo que es: una inversión.
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