La mejor forma de aprender nace cuando los conocimientos previos se refuerzan y cobran sentido con la información nueva que recibimos.
Hay ocasiones en las que como estudiantes sentimos que las lecturas o ejercicios no conectan con el resto de la asignatura. Por ello, aunque cumplamos con realizarlos y memorizarlos, al final del curso los olvidamos. Aportan poco o nada a la formación de nuevos conocimientos.
No estamos equivocados en esa sensación de frustración que dejan las actividades en el aula que hacemos por obligación. De hecho, en 1918 el psicólogo y pedagogo David Paul Ausubel pensaba lo mismo. Para él, la enseñanza debía plantearse a partir de los conocimientos que ya tiene el alumno. Es decir, el profesor debe averiguar lo que sabe el estudiante para conocer la lógica detrás de su modo de pensar y actuar.
Ausubel consideraba la enseñanza como un proceso que ayuda al estudiante a que siga aumentando y perfeccionando el conocimiento que ya tiene. De este modo se evita imponerle un temario que debe ser memorizado. Todos ya sabemos que la memorización solo sirve para un momento. Luego, con el tiempo, sin el refuerzo necesario, se olvida.
Estas ideas sentaron las bases de lo que hoy se considera el aprendizaje significativo. Este concepto señala que el conocimiento verdadero nace cuando los nuevos contenidos tienen significado a la luz de los conocimientos previos.

Según Psicología y Mente, medio digital español especializado en psicología, esta teoría postula que aprender significa que los nuevos aprendizajes conectan con los anteriores. No porque sean lo mismo, sino porque tienen que ver con estos de un modo que se crea un nuevo significado. Además, la nueva información asimilada hace que los conocimientos previos sean más estables y completos.
Entre las estrategias de aprendizaje significativo está el uso de las representaciones. Por ejemplo, cuando los niños aprenden la letra A representada por el dibujo de un avión.
También existe el aprendizaje de conceptos, basado en los conocimientos previos del niño. Para seguir con el ejemplo de la letra A, se le explicará al niño que el avión se usa para viajar grandes distancias.
Además hay el aprendizaje de representaciones, donde se le enseña al niño a formar frases que contengan objetos y representaciones. Por ejemplo, formará la frase: Me iré de vacaciones a Tumbes en avión.
Hay numerosas estrategias que nacen del aprendizaje significativo y que pueden ser aplicadas a estudiantes de distintos niveles y edades. Solo se requiere un profesor interesado en aprender estas técnicas y usarlas en el aula para el provecho de sus alumnos.

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