Estados Unidos ha logrado articular un importante intercambio comercial con otros países en el sistema económico global y se ha convertido en el mayor importador del planeta.
Al hablar de negocios internacionales se piensa en el intercambio comercial de productos, extranjeros y nacionales. Sin embargo, estos comprenden un campo mucho más amplio. Nos referimos a las actividades comerciales que una empresa realiza con sus pares de otros países, desde la exportación e importación de bienes y servicios, hasta la instalación de grandes franquicias.
Para Manuel Portugal Velarde, consultor en Comercio Internacional y profesor de la Carrera de Administración y Negocios Internacionales de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), todo esto implica una gran capacidad de actuar en el campo de los negocios desde nuestro propio país hacia otros países, utilizando estratégicamente los tratados internacionales, los convenios de intercambio y los acuerdos económicos que existen para facilitar el intercambio comercial.
En este sentido, a lo largo de los últimos años, nuestro país ha firmado varios acuerdos comerciales que apuntan a brindar un mayor acceso a los principales socios del país y también se ha impulsado una política de comercio exterior que ha promovido libertad comercial con el fin de insertar a Perú en la economía global.
“Hacer negocios es un proceso, y como sucede con todas las actividades ejecutadas por los seres humanos, existe un proceso de aprendizaje”, agrega Portugal. Recomienda que cualquier persona interesada en hacer negocios con un país extranjero debe consolidarse primero en el mercado interno, dominar el manejo de su negocio y, de esta manera, con la experiencia adquirida en producción, empiece a pensar en salir a otros países. En este caso, la exportación sirve como un primer paso para probar la aceptación del producto o servicio y si este se encuentra en la capacidad de competir fuera del país.
Estados Unidos: Un mercado absolutamente abierto
Según las Perspectivas Económicas Mundiales, publicadas por el Grupo Banco Mundial, el crecimiento económico aumentará levemente al 2,8 % en 2021, dependiendo de la continuación de tasas de financiamiento favorables y de una modesta recuperación en las economías emergentes y en desarrollo.
Para experimentar un crecimiento sostenido, la economía debe estar abierta al comercio y la inversión con el resto del mundo. Por ello, en las últimas décadas, se ha dado una apertura a nivel global de los sistemas económicos de países como China, Rusia, India y en el contexto latinoamericano, de Brasil.
En el caso de Estados Unidos, tenemos a un país que ha reducido sus barreras comerciales y ha logrado articular un importante intercambio comercial con otros países en el sistema económico global. El país norteamericano se ha convertido en el mayor importador del planeta, llegando a comprar al resto del mundo más de 2 billones 600 mil dólares en bienes y servicios anualmente.
De hecho, la apertura de mercado de parte de Estados Unidos es una gran oportunidad de crecimiento para los países en vías de desarrollo que buscan nuevos mercados para colocar sus productos tradicionales y no tradicionales.
Para Manuel Portugal Velarde, hacer negocios con Estados Unidos depende de la capacidad de producción e innovación de parte de nuestro país, ya que las restricciones son mínimas. Tal es la situación de Perú, que según el último Ranking de Competitividad Global elaborado por el Foro Económico Mundial (WEF), se ubicó en el puesto 65. Una posición que nos coloca en un contexto en el que existen países que tienen un mayor nivel de eficiencia y preparación que el nuestro, lo que compromete nuestra posibilidad de llegar a otros mercados.
Nuestra competitividad y capacidad de exportación
Según Edgar Vásquez, ministro de Comercio Exterior y Turismo, en los primeros diez años de vigencia del Acuerdo de Promoción Comercial (TLC) entre Perú y Estados Unidos, las exportaciones no tradicionales al país norteamericano se duplicaron, de US$ 1,877 millones en 2008 a US$ 3,669 millones en 2018, alcanzando en este último año un valor récord.
Como país exportador, Perú destaca por ser productor de productos tradicionales como el cobre, oro, derivados del petróleo, harina de pescado, plomo, zinc, gas natural, café, entre otros. Y de no tradicionales como los espárragos, uvas, calamar, algodón y mangos.
La importancia de exportar estos productos llamados “no tradicionales” radica en que logran impactar de manera positiva en la economía nacional, ya que requiere un valor agregado para poder ser comercializado. De esta manera, la producción de insumos, la inversión, el proceso logístico y la mano de obra, va a generar puestos de trabajo directos e indirectos.
Por otro lado, para Manuel Portugal Velarde, Perú es un país con las condiciones geográficas y climáticas necesarias para destacar en el sector minero y agrícola. “Tenemos que aprovechar aquellos temas en los que tenemos ventajas, ya sea por recursos naturales, con el fin de generar una industria que después pueda exportar esos mismos productos a otros países”, explica.
Además, considera que el problema de fondo es que no tenemos la suficiencia para producir y ofertar más, lo que afectaría nuestra capacidad para competir con las empresas extranjeras que venden sus productos en nuestro país; siendo esta la razón por la que, en la actualidad, encontramos una gran cantidad de productos importados en nuestro mercado.
Esta falta de competitividad de nuestras empresas locales se ve reflejada en una tasa muy baja de crecimiento económico. Según el Área de Estudios Económicos del BCP, la proyección de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) peruano, este año se recortó de 3% a 2.5%, y para el 2020 de 3.5% a 3%; cifras que se traducen en una menor creación de empleo, una clase media estancada y menores posibilidades de reducir la pobreza.
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