Fundadora de la ONG Planeta Océano recibió en Londres el premio Whitley, conocido como el ‘Oscar Verde’ de la conservación, por su dedicación en conservar y promover la protección legal de las mantarrayas gigantes.
Se ha conseguido grandes avances, pero aún la lucha por proteger a una de las especies más grandes e imponentes del mundo no ha acabado. Kerstin Forsberg, bióloga peruana, tomó hace siete años la decisión de conservar y proteger a las mantarrayas gigantes que habitan el norte de nuestro país. Esta especie es considerada en la categoría de ‘Vulnerable’ en la Lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Su pasión por el medioambiente y los animales marinos comenzó desde que era niña. Trabajó desde muy joven en la conservación de las mantarrayas gigantes, una especie migratoria, considerada una de las dos especies de gran tamaño que existen en el mundo.
Mantarrayas gigantes: una especie marina desatendida
Esta especie se ha reducido en un 80% en los últimos 75 años, según la Whitley Fund for NATURE (WFN), debido a su envergadura de 7 metros que la hace propensa a enredarse en las redes de pesca. Así como a la constante amenaza que supone el consumo local y la demanda de los mercados asiáticos que compran sus agallas para utilizarlas con fines medicinales.
Forsberg es fundadora de la ONG Planeta Océano y fue en el 2011 cuando comenzó su labor para la conservación de las mantarrayas gigantes. Trabajó con pescadores locales y voluntarios para estudiar y conservar esta especie.
Desde esta organización, se promueve la formación de científicos ciudadanos que participan en las labores de monitoreo y educación y también, se fomenta el turismo sostenible, actividad que se ha convertido en una fuente de ingresos para las poblaciones locales.
Una trayectoria de logros
El primer logro no demoró en llegar. Tan solo cuatro años después, Forsberg celebraba, junto a otros expertos y conservacionistas, la promulgación de una norma que prohibía la extracción de esta especie.
Este año, debido a la labor que desempeña y a las diversas campañas de educación desarrolladas con los pescadores locales la han convertido en una de las seis ganadoras del premio Whitley, conocido como el ‘Oscar Verde’ de la conservación. Al igual que los otros cinco ganadores, Kerstin recibirá alrededor de 55 000 dólares para continuar con su trabajo de conservación.
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