“Ruedas Mágicas” se fundó en junio del año pasado y hasta la fecha ha beneficiado a 30 familias que necesitaban sillas de ruedas eléctricas.
Juan Arbulú es un adolescente con una enfermedad muscular degenerativa que se ha propuesto que otros chicos con esa misma condición tenga acceso a una silla eléctrica que los ayude a movilizarse con más facilidad.
¿Cómo surgió esta historia de solidaridad? Juan nació con distrofia muscular, una enfermedad hereditaria que afecta a 1 de cada 3600 niños, limitando su fuerza muscular y capacidad de movimiento. Sin embargo, él pudo acceder a una silla de ruedas eléctrica que le cambió la vida al permitirle trasladarse independientemente.
Los niños y niñas con distrofia muscular de Duchenne no pueden mover las sillas de ruedas mecánicas, ya que no tienen suficiente fuerza en los músculos de sus extremidades. Por ello, con el corazón solidario que caracteriza a Juan desde que era muy pequeño, propuso a su mamá crear un proyecto que le permitiera ayudar a otros niños y adolescentes con la misma condición, pero con falta de recursos económicos.
Es así como junto a su mamá, la artista plástica Alexandra Grau, se pusieron manos a la obra y lograron crear “Ruedas Mágicas”. Esta organización no gubernamental (ONG) tiene el objetivo de mejorar la calidad de vida de quienes no tienen suficientes recursos, brindándoles una silla eléctrica y de esta manera, la oportunidad de desarrollarse con autonomía y convertirse en miembros de la sociedad capaces de poder aportar a su familia y comunidad.
Ruedas mágicas
“Ruedas Mágicas” se fundó en junio del año pasado y constantemente recauda apoyo financiero de instituciones y personas naturales para la compra de sillas de ruedas eléctricas. A lo largo del año, ha realizado también diversas campañas vinculadas al reciclaje (recolección de chapitas), venta de postres y eventos deportivos.
Gracias a este proyecto, adolescentes como Marquitos Mallma, Eduardo Mamani, Sandro Gutiérrez –todos entre 11 y 14 años – contactaron a “Ruedas Mágicas” para pedir ayudar y recibieron la silla que tanto anhelaban. Hasta el momento, hay 30 familias beneficiadas a nivel nacional.
La meta de esta organización es entregar al menos una silla al mes y, para esto, dependen de auspicios, alianzas importantes y de personas de buen corazón que quieran solidarizarse con la causa. De esta manera, se podrá cumplir el gran sueño de Juan: llevar la ayuda de “Ruedas Mágicas” a todos los rincones del Perú para que niños y niñas puedan recuperar su autonomía.
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