Desde tiempos milenarios, nuestros ancestros han usado las figuras de los tejidos para transmitir cómo era su entorno y sus creencias.
El primer panel telar del mundo, realizado por cincuenta expertas tejedoras para la cerveza Cusqueña, es importante porque muestra el legado de un lenguaje que es usado por nuestros ancestros desde tiempos milenarios. Esto lo podemos apreciar al ver las figuras y símbolos que resaltan en la mayoría de tejidos andinos.
En este gran panel telar de más de 16 metros de ancho, que se encuentra desde hace cinco meses en el Cusco, observamos figuras como el ‘ñahui’, un símbolo creado especialmente para Cusqueña que representa una mirada hacia el infinito y el sentimiento al mirar el paisaje andino. Asimismo, el ‘pallay paqarly’ o la rueca, una herramienta esencial para realizar el tejido, está presente en el tejido.
Estas no son las únicas formas que existen en los textiles del Ande. De hecho, hay una gran variedad de figuras representadas en los telares, que se crean a partir de la historia que se quiera contar: la cosmovisión de la cultura o la naturaleza que los rodea. En la época incaica, estos diseños servían además para identificar el nivel social y político al que pertenecían los dueños de esos tejidos.
Los investigadores han podido diferenciar tres tipos de colores matrices en los textiles incaicos: el rojo, el negro y el amarillo. Sin embargo, cuando se trata de diseños, la cantidad es vasta. Por cuestiones de formas, se pueden agrupar en cuatro clases:
- Tocapu: los tejidos con series de cuadrados con dibujos en su interior;
- Geométrico: las formas más comunes eran las estrellas de ocho puntas, los rombos y las cruces;
- Iconográfico: cuando las formas equivalen a un vocablo jeroglífico; y
- Zoomorfo: Las figuras que tenían referencia directa a animales de la zona.
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