Más de 4 400 adolescentes participaron en espacios de diálogo, formación y acción comunitaria. El evento evidenció avances en educación sexual integral, liderazgo juvenil y defensa de derechos. Conoce más sobre estos hallazgos, en esta nota.
En Villa El Salvador, un grupo de adolescentes ha demostrado que el cambio social es posible cuando se les escucha y se les reconoce como protagonistas. Con ideas claras, compromiso y una mirada crítica, alzaron su voz en el foro “Voces adolescentes que transforman y luchan por una vida libre de violencias”, impulsado por el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, en alianza con Fundación Adsis y el financiamiento de la Generalitat Valenciana.
Este espacio no solo fue un evento más. Fue la expresión de un proceso transformador donde la educación sexual integral, los derechos sexuales y reproductivos, y la prevención de la violencia por razón de género fueron temas abordados desde las vivencias y reflexiones de las y los adolescentes. Un foro que dejó evidencia de lo que ocurre cuando se les permite liderar y construir desde su realidad.
Educación que informa, transforma y empodera
El foro se enmarca en el proyecto “Promoviendo el protagonismo de las y los adolescentes y jóvenes para la defensa de sus derechos sexuales y reproductivos y la prevención de la violencia por razón de género”, ejecutado por el CMP Flora Tristán, en alianza con Fundación Adsis y el financiamiento de la Generalitat Valenciana.
La iniciativa apostó por un enfoque pedagógico participativo, crítico y situado. Gracias a ello, más de 4 400 adolescentes participaron en ferias, talleres, réplicas comunitarias y actividades escolares. El resultado fue un potente efecto multiplicador: adolescentes informados, empoderados y comprometidos con el cambio en sus escuelas, hogares y comunidades.
De acuerdo con los resultados, el 96 % de adolescentes reconoce que sus derechos sexuales y reproductivos (DDSSRR) son derechos humanos. Esta cifra marca un quiebre frente a una mirada adulto-céntrica que solía negarles autonomía y capacidad de decisión.
Nuevas miradas frente a la violencia y la igualdad
Los hallazgos tras esta iniciativa son contundentes. El 91 % de adolescentes logra identificar violencias que antes se normalizaban, como los celos, el control del celular o los comentarios sin consentimiento. Además, el 99 % ya no valida discursos que romantizan el control, como “si te cela es porque te quiere”.
Otro cambio significativo fue el reconocimiento del liderazgo femenino como herramienta de prevención de violencia. Esta visión pasó del 21 % al 91 %, incorporando una mirada estructural que relaciona poder, género y equidad.
Asimismo, la empatía hacia las personas LGBTIQ+ creció notablemente: del 17 % al 90 %. Esta evolución es clave para construir entornos más inclusivos y respetuosos.
El 97 % ahora exige al Estado el acceso gratuito e informado a métodos anticonceptivos. Y lo más revelador: el 75 % rompe con la idea de que su participación política debe esperar a la adultez. Hoy exigen ser escuchados como ciudadanos del presente.
Un reto colectivo que apenas empieza
Según el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, este proceso demostró que cuando se implementa una educación sexual integral desde una pedagogía crítica, participativa e interseccional, no solo se informa: se transforma. Las y los adolescentes no solo adquirieron conocimientos, también resignificaron sus vínculos y liderazgos. Hoy, son agentes de cambio.
“Las y los adolescentes no solo han fortalecido sus capacidades individuales, sino que han ampliado los márgenes de lo posible en sus escuelas, familias y comunidades”, señala el balance del proyecto.
El desafío ahora es sostener estos procesos y articularlos con políticas públicas efectivas. El camino está trazado y la energía juvenil ya está en marcha.