Pueden provocar paranoia, ansiedad, inquietud, euforia o pánico hasta por 10 horas.
(Agencia N+1 / Louis Kamg). Las drogas alucinógenas pueden alterar nuestra percepción de tal modo que nos sintamos parte de un mundo que no existe. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, los tipos de delirio más frecuentes pueden afectar a cualquier sentido, sobre todo al oído, la vista o el tacto: sensaciones en el cuerpo, como la de arrastrarse sobre la piel o el movimiento de órganos internos; la percepción de sonidos como voces (cuando nadie ha hablado), música, pasos o puertas que se golpean; la sensación de estar viendo patrones, luces, seres u otros objetos que no existen; o la de percibir un olor.
En mayor o menor medida, todos conocemos los efectos de estas drogas, pero ¿cuál es el mecanismo por el que se crean estas ilusiones? Los alucinógenos producen sus efectos interrumpiendo la interacción de las células nerviosas y el neurotransmisor serotonina, explica en su web el Instituto Nacional de Salud (NIH, EE.UU). La serotonina está distribuida por muchas regiones, tanto del cerebro como de la médula espinal, y de su actividad depende la realización de múltiples tareas cerebrales: el control de los sistemas de conducta, la percepción, la regulación del estado de ánimo, el hambre, la temperatura corporal, el comportamiento sexual y el control muscular, o la percepción sensorial. De este modo, al ingerir esta droga, es de esperar que cualquiera de las funciones anteriormente descritas puedan verse alteradas.
Efectos. El principio activo de los hongos alucinógenos es la la psilocibina. Esta es una de las sustancias alucinógenas más estudiadas, ya que se relaciona con una disminución de la ansiedad y de la depresión. Aunque la psilocibina se une a un receptor de serotonina en el cerebro, la forma exacta en la que los hongos alucinógenos funcionan sigue siendo motivo de estudio. Un equipo de investigadores la Fundación ISI (Italia) usó, en un estudio de 2014, técnicas de resonancia magnética funcional (IRMf) para analizar los efectos de esta sustancia en voluntarios sanos. Concluyeron que la droga transformaba de forma dramática la organización cerebral de los participantes. Bajo sus efectos, regiones del cerebro, normalmente incomunicadas, mostraron actividad cerebral estrechamente sincronizada, es decir, que la sustancia estimulaba conexiones entre partes de la masa cerebral que este órgano por sí solo no haría.
Otro estudio, publicado en el diario Human Brain Mapping, explicaba que bajo los efectos de la droga, la actividad de las áreas primitivas del cerebro relacionadas con las emociones y la memoria, tenían una mayor sincronización, sugiriendo que estaban trabajando juntas. Los autores afirman que los mismos patrones de actividad se han observado en estudios con personas dormidas, y, de hecho, el consumo de psilocibina se describe a menudo como una experiencia similar a estar soñando. Esto podría explicar el estado delirante en el que nos sumen esta droga.
Además de la psilocibina, hay otras sustancias con poderosos efectos alucinógenos. En esta galería te mostramos algunas de ellas.
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