La investigación buscaba averiguar si los arácnidos podían tejer sus redes en microgravedad.
Si las arañas ya son espeluznantes para muchas personas en la Tierra, lo son peor en el espacio. Pero, para los astronautas, son motivo de investigaciones científicas.
Esta semana en la revista The Science of Nature, investigadores publicaron resultados de cómo pudieron mantener arañas vivas en la Estación Espacial Internacional para poder estudiar cómo estos arácnidos tejen sus redes en microgravedad.
De acuerdo con el estudio, las arañas son capaces de construir estas redes en el adverso ambiente siempre y cuando tengan acceso a una fuente de luz.
En ausencia de gravedad y, por lo tanto, una sensación de arriba y abajo, una fuente de luz proporciona un marco de referencia para las arañas. Cuando hay una fuente de luz disponible, las arañas tejen sus redes asimétricas normales y esperan a sus presas cerca de la parte superior. Sin embargo, sin luz, construyen redes simétricas, lo que no es un comportamiento normal.
No es la primera vez que se realiza este estudio, sino que tomaron de referencia uno del 2008 del que no se ha publicado suficiente información, pero que se cita constantemente. En dicha ocasión, las arañas se escaparon y construyeron telarañas unas encimas de otras.
"Que las arañas tengan un sistema de respaldo para la orientación como este parece sorprendente", dijo el coautor del estudio Samuel Zschokke de la Universidad de Basilea en un comunicado de prensa , "ya que nunca han estado expuestas a un entorno sin gravedad en el curso de su evolución".
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