Un estudio de la Universidad Estatal Lomonosov (Rusia) da pistas sobre la vida en el planeta rojo.
(N+1 / Beatriz de Vera). La temperatura media en Marte es de -63 ° C, pero en áreas polares y por la noche puede bajar hasta -145 ° C. La presión atmosférica es entre 100 y 1000 veces más baja que la de la Tierra y el planeta experimenta una fuerte radiación ultravioleta e ionizante. Hasta ahora, no se conocía si los microorganismos podían o no resistir a factores tan extremos, pero una investigación publicada en Extremophiles asegura que, pese a sus condiciones extremas de radiación y temperatura, es posible que microorganismos puedan crioconservarse durante mucho tiempo en suelo marciano.
Los científicos, de la Universidad Estatal Lomonosov (Rusia), estudiaron la resistencia a la radiación de las comunidades microbianas en rocas sedimentarias de permafrost a baja temperatura y baja presión. Con simulaciones en laboratorio, los científicos han podido evaluar el impacto de una serie de factores físicos (radiación gamma, baja presión, baja temperatura) para la supervivencia de microorganismos y biomarcadores en todo el sistema solar, lo que, afirman, será útil en la planificación de misiones espaciales astrobiológicas.
Problema radioactivo
Estas rocas sedimentarias se consideran un análogo terrestre del regolito, la superficie producida por la intemperie espacial. Los científicos suponen que la posible biosfera marciana podría sobrevivir en un estado crioconservado, y que el factor principal que limita la vida celular es el daño por radiación. Al definir el límite de resistencia a esta radiación, los investigadores pueden estimar la capacidad de supervivencia de los microorganismos en el regolito a varias profundidades.
Las comunidades microbianas mostraron una alta resistencia a las condiciones del entorno marciano simulado. Después de la irradiación, el recuento total de células procariotas y el número de células bacterianas metabólicamente activas se mantuvo en el nivel de control, mientras que el número de bacterias cultivadas (las que crecen en los medios nutrientes) disminuyó 10 veces. Los científicos detectaron una biodiversidad bastante alta de bacterias en la muestra expuesta al permafrost, aunque la estructura de la comunidad microbiana experimentó cambios significativos después de la irradiación.
Bacteria resistente
En particular, las poblaciones de actinobacterias del género Arthrobacter, que no se revelaron en las muestras de control, se volvieron predominantes en las comunidades bacterianas después de la simulación, probablemente por la disminución de las poblaciones bacterianas dominantes. Los autores sugieren que estas bacterias son más resistentes a las condiciones simuladas. Otros estudios ya demostraron que estas bacterias tienen una resistencia bastante alta a la radiación ultravioleta, y su ADN está bien conservado en permafrost antiguo a través de millones de años.
Durante décadas, los depósitos sedimentarios en el cañón gigante de Marte (el más grande del Sistema Solar), Valle Marineris, han desconcertado a los científicos. Tras años de investigación, se ha descubierto que los minerales localizados en estos depósitos sedimentarios podrían algún día ser utilizados como fertilizante para cultivos en crecimiento. Según informa la NASA, los sedimentos estratificados han sugerido un pasado de lagos, polvo y arena arrastrados por el viento, o materiales volcánicos que estallaron después de que se formó el cañón, y posiblemente llenos de agua.
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