De ser aprobado este recorte, el presupuesto más bajo desde 2015 pondría en riesgo misiones clave como el retorno de muestras de Marte, el estudio de Venus y la investigación de la Estación Espacial Internacional.
La NASA enfrenta un futuro incierto luego de que la administración de Donald Trump propusiera un presupuesto de 18.800 millones de dólares para el año fiscal 2026, una caída significativa respecto a los 24.900 millones que recibió en 2025. Este recorte, que representa un 24%, es el más drástico que enfrentaría la agencia desde 2015.
La propuesta de la Casa Blanca, no sólo recortaría la inversión, sino que también eliminaría proyectos como el cohete Space Launch System y la nave Orion, que tienen como objetivo devolver astronautas a la Luna. Además, reduciría las operaciones de la Estación Espacial Internacional, poniendo en riesgo décadas de investigación.
Consecuencias cósmicas
Para la comunidad científica, estos recortes van más allá de los números. Según especialistas citados por diversos medios internacionales, el presupuesto reducido representaría una amenaza considerable para las investigaciones científicas, ya que dejaría sin respuesta algunos de los mayores misterios del universo.
“Un evento de extinción masiva ocurre cuando algo como un asteroide impacta la Tierra y la vida, que por lo demás funcionaba perfectamente, desaparece en grandes cantidades. En esencia, eso es lo que representa este presupuesto”, explicó al medio The Guardian, Casey Dreier, jefe de política espacial de la Sociedad Planetaria.
La advertencia es clara: si el Congreso aprueba este recorte, laboratorios que durante décadas han impulsado descubrimientos quedarían desmantelados. Misiones de exploración profunda, algunas ya en marcha, podrían ser abandonadas. Incluso proyectos planeados para los próximos años podrían quedarse en la nada.
Entre las víctimas más afectadas destacan la misión de retorno de muestras a Marte, que ya estaba en la cuerda floja por sus costos, y los ambiciosos proyectos DaVinci+ y Veritas, que buscaban volver a estudiar Venus por primera vez desde 1989. Estos programas, diseñados durante la administración Biden y programados para la próxima década, habrían abierto una nueva era para la exploración de nuestro sistema solar.
A pesar de este panorama desalentador, la administración Trump mantiene la intención de fortalecer los vuelos espaciales tripulados. De hecho, parte de los recursos se destinarían a apoyar las primeras misiones humanas a Marte. Sin embargo, científicos critican esta decisión, argumentando que priorizar vuelos tripulados sin fortalecer la base de la investigación y el desarrollo tecnológico podría ser contraproducente.
Dreier, por su parte, lidera un movimiento para frenar este recorte presupuestal en el Congreso, contando con el respaldo de legisladores de ambos partidos: “¿Por qué tirar a la basura tanto de lo que ya se ha comprado y pagado?”, manifestan.
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