El programa espacial de China asegura que el objeto, de 10 metros de longitud, se quemará totalmente antes de impactar el suelo, pero otras agencias advierten de que podría caer en área muy amplia donde está incluso Sudamérica.
Los restos de la estación espacial china Tiangong-1, que entró en desuso en 2016, vagan sin control a 28 mil km/h y podrían entrar a la atmósfera terrestre entre el 31 de marzo y 4 abril. ¿Podría representar un peligro que se estrelle en el planeta? China asegura que no.
El programa espacial chino aseguró que Tiangong, de 10 metros de longitud y cerca de nueve toneladas de peso, se quemará totalmente cuando entre a la atmósfera terrestre y entre en contacto con el aire, por lo que no impactará en el suelo.
El Tiangong 1, primer paso dado por China de cara a una estación orbital permanente propia, está sin control desde hace meses y desde finales del pasado año algunas agencias espaciales expresaron su temor a que sus restos cayeran en zonas de la superficie terrestre.
La Agencia Espacial Europea fue una de las primeras en advertir de la entrada y posible caída del aparato y señaló que algunas zonas del sur del Viejo Continente, incluidas España, Italia y Grecia, estaban en la franja de posible colisión del módulo en nuestro planeta.
Otras muchas zonas del mundo estarían en esa franja, incluyendo toda África, casi la totalidad de Suramérica, Australia o buena parte de Asia (también China).
La Tiangong 1 fue puesta en órbita el 29 de septiembre de 2011 y estuvo en funcionamiento hasta el 16 de marzo de 2016. En su interior astronautas chinos llevaron a cabo experimentos y el laboratorio espacial también sirvió para probar las primeras misiones chinas de acoplamiento espacial entre naves y estaciones orbitales. Su sucesora, la Tiangong 2, está en órbita y en operaciones en la actualidad.
La Tiangong 1 no sería ni de lejos el aparato espacial más grande en llegar al planeta, un récord que de momento tiene la estación de la NASA Skylab, de 74 toneladas, que dejó algunos restos en la ciudad australiana de Esperance en 1979.
EFE
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