Un pequeño asteroide del tamaño de una casa pasará este jueves a unos 42.000 kilómetros de la Tierra, una distancia escasa en términos astronómicos.
(Agencia N+1 / Beatriz de Vera). La terrorífica fantasía de un asteroide que colisiona con nuestro planeta se alimenta de hechos reales. Hace unos meses, el pasado mayo, Ron Baalke, un explorador espacial de la NASA, twitteó los cinco asteroides conocidos que se esperaba que pasaran este año tan cerca como a menos de una distancia lunar. De todos, el que el experto consideraba más preocupante era el que esperamos mañana, día 12 de octubre.
El riesgo de colisión es realmente inexistente, pero la proximidad de este pequeño asteroide, denominado 2012 TC4, que se acercará a una distancia de aproximadamente 42.000 kilómetros, permitirá a la NASA realizar por primera vez un ejercicio de preparación para un posible impacto con un asteroide real, en el que estarán involucrados más de una docena de observatorios, universidades y laboratorios en todo el mundo. Según un comunicado de la Agencia Espacial estadounidense (NASA), la roca volará sin riesgo de impacto sobre nuestro mundo por lo que se podrá poner a prueba la red de observatorios y científicos que trabajan en el proyecto de defensa planetaria, para determinar si la Tierra está preparada para una amenaza cósmica.
Aprendizaje. Vishnu Reddy, profesor de ciencias planetarias del Laboratorio Planetario y Lunar de la Universidad de Arizona, señaló que con la prueba se pretende responder a la pregunta “¿Cómo de preparados estamos para la próxima amenaza cósmica?”. Por su parte, el líder del proyeto, Michael Kelley, explicó que se trata de una oportunidad para “hacer preparativos, recopilar datos para calificar y aprender tanto como sea posible”.
El objetivo del ejercicio será recuperar, rastrear y caracterizar 2012 TC4, como un objeto de impacto potencial para poder activar el sistema a partir de observaciones, modelo, predicción y comunicación. Este encuentro con TC4 está siendo utilizado por los cazadores de asteroides de todo el mundo para poner a prueba su capacidad de operar como una red coordinada internacional de alerta de asteroides. Aunque a escala terrícola 42.000 kilómetros pueda parecernos lejos, es solo un poco más de una décima parte de la distancia a la Luna, cuya distancia media es de 284.600 kilómetros, y transitará justo por encima de la altura orbital de los satélites de comunicaciones.
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