La Voyager 1 es considerada la nave espacial y el objeto hecho por el hombre más lejano de la Tierra. Fue lanzada en 1977 para estudiar el Sistema Solar y su exterior.
(Agencia N+1 / Adrian Díaz). Es común pensar que al encender cualquier aparato electrónico luego de décadas, este no logre funcionar correctamente. Pero esto no fue así para el Voyager 1, un conjunto de propulsores a bordo de la sonda espacial se disparó con éxito esta semana luego de 37 años sin uso.
La Voyager 1 fue construida por el “Laboratorio de Propulsión a Chorro” (JPL) de la NASA. Fue lanzada en 1977 para estudiar el Sistema Solar y su exterior. Además, es considerada la nave espacial y el objeto hecho por el hombre más lejano de la Tierra debido a los 20.000 millones de kilómetros que nos separan actualmente de ella. También, es considerada la más rápida al viajar con una velocidad de 62.000 kilómetros por hora. La nave, que se encuentra en una misión que ya lleva 40 años, ingresó en el espacio interestelar en el año 2012 y desde entonces ha seguido su rumbo hacia el espacio.
Apelando a un plan B
La NASA necesitaba reorientar la nave con el fin de que su antena apunte hacia la Tierra. Para lograrlo, hicieron uso de unos dispositivos pequeños llamados “propulsores de control de actitud”, los cuales disparan diminutos “soplos” para girar suavemente la nave. Lamentablemente, estos propulsores que siempre han usado, ya se encuentran desgastados.
Por esta razón, los científicos decidieron apelar a un plan B: usar cuatro propulsores de respaldo, inactivos desde 1980. Estos propulsores de “maniobra de corrección de trayectoria” (TCM) están ubicados en la parte posterior de la nave. Debido a los 37 años que pasaron sin usarse, la NASA no estaba segura de que funcionarían.
La sopresa
"El equipo de vuelo del Voyager desenterró datos de hace décadas y examinó el software que estaba codificado en un lenguaje de programación obsoleto, para garantizar que pudiéramos probar los propulsores de forma segura", dijo Jones, ingeniero jefe del JPL de la NASA en Pasadena, California.
Finalmente, el martes 28 de Noviembre, los científicos de la NASA dispararon los cuatro propulsores TCM. Luego de 19 horas y 35 minutos, tiempo que tomó recibir los resultados y siendo ya 29 de Noviembre, el equipo confirmó que los propulsores funcionaban perfectamente. Estallaron de júbilo.
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