Los residentes del norte de Noruega presenciaron un experimento inusual: en el fondo de la aurora aparecieron cadenas de brillantes manchas azul verdosas.
(Agencia N+1 / Sofía Dottori Fontanarrosa) El pasado sábado por la noche, los residentes del norte de Noruega presenciaron un experimento inusual: en el fondo de la aurora aparecieron cadenas de brillantes manchas azul verdosas, que luego desaparecieron. Éste efecto se obtuvo tras el lanzamiento de cohetes geofísicos en el marco del proyecto AZURE de la NASA. Usando estos cohetes a gran altura, se pulverizan partículas de trimetilaluminio, bario y estroncio, lo que permite a los científicos investigar el comportamiento de las partículas cargadas en la ionosfera donde ocurren las auroras, según publica SpaceWeather.com.
El experimento AZURE incluye una serie de ocho lanzamientos de cohetes geofísicos a una altitud de 250 km para estudiar el comportamiento de las partículas cargadas en la ionosfera, especialmente en sus E y F. Ambas capas contienen electrones libres "arrancados" de los átomos por la radiación ionizante del Sol (proceso denominado fotoionización).
Con el inicio de la noche, cuando la radiación del Sol ya no proporciona ionización, los electrones y los iones comienzan a "reunirse". El ciclo diario de ionización y recombinación hace que el comportamiento de las capas E y F sea bastante complejo e impredecible.
Los cohetes, entonces, están destinados principalmente a medir los parámetros del flujo de aire vertical en la ionosfera, donde continuamente se mezcla éste “caldo” de partículas cargadas. Ya que las mediciones desde el suelo no permiten ver estos procesos en todas las alturas, la problemática debe resolverse in situ, comprobando la dispersión de una nube de aerosoles y observando el comportamiento de las partículas desde la Tierra.
Auroras
En la noche del pasado 5 de abril, se lanzaron dos cohetes desde el Centro Espacial Andoy en Noruega, que a una altitud de 100 - 250 km impactaron en la zona auroral, liberando las siguientes sustancias marcadoras: trimetilaluminio, y una mezcla de bario y estroncio.
El primero reacciona con el oxígeno y genera luminiscencia química, lo que permite monitorear el flujo de aire. El producto de la reacción es alúmina, dióxido de carbono y vapor de agua. El bario, por su parte, se ioniza rápidamente y produce nubes púrpura-rojas, cuyas observaciones permite evaluar el flujo de iones en la atmósfera. El bario no ionizado también brilla con un color blanco azulado y puede servir como marcador para partículas neutras. Y el estroncio se añade a la mezcla para realzar el brillo del bario neutro.
El fenómeno inducido fue visible en el cielo durante media hora. Un espectáculo para algunos afortunados. La magia de la física y la química no tienen techo.
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