Ambos dispositivos espaciales convergerán en un punto de encuentro cercano y, al chocar, podrían generar daños en otros satélites.
No todo marcha viento en popa respecto a los avances tecnológicos de la NASA. La agencia espacial ha acumulado una gran cantidad de basura espacial en la órbita terrestre y este hecho amenaza con generar una situación que resultaría perjudicial para las máquinas de la agencia que se encuentran más allá de nuestra atmósfera.
La agencia LeoLabs fue la encargada de dejar al descubierto la situación: El camino que los satélites IRAS y GGSE-4 siguen actualmente los llevaría a estar a una distancia de 15 y 30 metros el uno del otro, traduciéndose en un punto excesivamente cercano. Estos cálculos han llevado a los especialistas a cuestionarse sobre la posibilidad de un choque entre ambos dispositivos.
Según la agencia, la probabilidad de que los satélites choquen es de una entre cien y, al hacerlo, uno de ellos se romperá en mil pedazos, liberando numerosos restos de sus componentes en el espacio exterior. De darse esta situación, los especialistas estiman que el satélite GGSE-4 y su pareja mayor Poppi 5 serían destruidos para convertirse en una nube de pequeños de fragmentos en el acto.
Lo cierto es que si bien estas partes desprendidas no representan una amenaza directa a los seres humanos que habitamos en la superficie terrestre ya que se desintegrarían gracias a nuestra atmósfera, podrían generar pérdidas millonarias debido a los daños que generarían en satélites activos que estén en la órbita del planeta.
Se espera que este choque entre ambos satélites suceda el 29 de enero a las 18:39, hora peruana. Puedes ver un mapa interactivo que simula la colisión entrando al siguiente enlace.
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