La colaboración espacial internacional se mantiene: Rusia continuará en la Estación Espacial Internacional pese a las tensiones geopolíticas con los Estados Unidos.
Rusia ha dado un giro brusco en su política espacial al anunciar que permanecerá en la Estación Espacial Internacional (ISS) hasta 2030, fecha prevista para el final de la vida útil de esta instalación orbital. El anuncio fue realizado por Yury Borisov, Director General de Roscosmos, durante una entrevista televisiva con RBC TV.
Esta decisión marca un cambio significativo en la postura rusa, que había atravesado varios vaivenes desde 2022. Inicialmente, tras la invasión a Ucrania, Rusia había amenazado con retirarse de la ISS para 2024, posteriormente extendió este plazo hasta 2028, y ahora confirma su permanencia hasta el desmantelamiento planificado de la estación.
Enfrentando desafíos técnicos juntos
La decisión se produce en un momento complejo para la participación rusa en la ISS. Según declaraciones del propio Borisov, los cosmonautas rusos están dedicando cada vez más tiempo a tareas de mantenimiento y reparación, en detrimento de la investigación científica. La agencia espacial enfrenta problemas significativos, incluyendo una fuga de aire en uno de sus túneles de transferencia que pierde más de tres libras de aire por día, situación que la NASA ha calificado como potencialmente catastrófica.
La permanencia de Rusia es crucial para el funcionamiento de la ISS, dado que la estación fue diseñada para una operación interdependiente: mientras que Estados Unidos proporciona la energía, el segmento ruso es responsable de la propulsión y de mantener la órbita de la estación.
Paralelamente, Rusia mantiene sus planes de desarrollar su propia estación espacial (ROS). El proyecto, que comenzaría su implementación en 2027, se desarrollará en dos fases:
- Primera fase: Cuatro módulos para una tripulación de dos personas
- Segunda fase: Adición de dos módulos más y una plataforma de servicio para albergar hasta cuatro astronautas
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