Voyager 1, lanzado hace 45 años, estaba enviando datos extraños a los científicos en la Tierra, pero el error fue solucionado gracias a sus primeros manuales.
Conservar los manuales de 1977 sirvió para que la NASA pueda solucionar el grave error que afrontaba la nave Voyager 1 en el espacio.
La nave, que ya se encuentra más de 4 décadas viajando en el universo, estaba transmitiendo información utilizando una computadora muerta que corrompía los datos. ¿La solución? Buscar sus primeros manuales.
Así fue la ardua tarea
La Voyager 1 fue diseñada y construida a principios de la década de 1970. Esto complicó los esfuerzos para solucionar los problemas de la nave espacial.
Encontrar los manuales fue una tarea titánica ya que, en los 12 primeros años de misión, miles de ingenieros trabajaron en el proyecto.
“Cuando se jubilaron en las décadas de 1970 y 1980, no hubo un gran impulso para tener una biblioteca de documentos de proyectos. La gente se llevaba sus cajas a casa, al garaje”, señala Suzanne Dodd, gerente de proyecto de la misión Voyager en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
A la fecha, quedaron algunas cajas con documentos y esquemas almacenados de la nave, los cuales terminaron siendo de ayuda en esta situación.
A finales de agosto, los ingenieros de la Voyager localizaron la fuente de los datos distorsionados: el sistema de control de actitud de la nave espacial estaba enrutando información a través de una computadora muerta. Creen que fue provocado por un comando defectuoso de otra computadora a bordo.
Para la reciente falla de telemetría, los ingenieros de la misión tuvieron que buscar específicamente cajas con el nombre de los ingenieros que ayudaron a diseñar el sistema de control de actitud, lo cual fue “un proceso que llevó mucho tiempo”, dijo Dodd
Se preparan para su fin
Tanto la Voyager 1 como la Voyager 2 se lanzaron en 1977, con solo 15 días de diferencia, con el objetivo de explorar los gigantes gaseosos de nuestro sistema solar: Júpiter y Saturno. Para sorpresa de la NASA, las sondas espaciales revelaron nuevos secretos incluso de Urano y Neptuno y se convirtieron en los primeros objetos hechos por el hombre en alcanzar el espacio interestelar. Esta zona es la región fría más allá de la heliosfera, la burbuja de plasma caliente en el borde de nuestro sistema solar. Mientras que la Voyager 1 hizo su entrada histórica en el espacio interestelar en agosto de 2012, su gemela, la Voyager 2, cruzó la heliosfera en noviembre de 2018.
Actualmente, a 23 300 millones de kilómetros de la Tierra, se necesitan 20 horas luz y 33 minutos para establecer contacto con la Voyager 1, mientras que se necesitan un poco menos de 18 horas luz para contactar a la Voyager 2, que se encuentra aproximadamente a 19 500 millones de kilómetros de distancia.
Los científicos han estimado que el plutonio que alimenta las sondas podría agotarse en 2025 o tal vez en la década de 2030 como máximo.
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