Una serie de iniciativas tecnológicas se han puesto en marcha para desarrollar carne en un laboratorio, mejor dicho, en un plato de laboratorio, sin la necesidad de criar animales
(Agencia N+1 / Hans Huerto) De acuerdo con una medición de 2013 sobre emisiones globales de gases de efecto invernadero realizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 14,5% de las emisiones producto de actividades humanas provienen de la crianza de ganado. Sabiendo que producto de estas emisiones las temperaturas globales aumentarán en promedio de 2 a 5°C este siglo, suponiendo ello un peligroso giro sin retorno hacia una Tierra inhabitable para el hombre y millones de especies, la ecuación parece sencilla. Menos ganado es igual a más años en la Tierra para el hombre.
Con ello en mente, una serie de iniciativas tecnológicas se han puesto en marcha en años recientes para desarrollar carne en un laboratorio, mejor dicho, en un plato de laboratorio, sin la necesidad de criar animales (su huella contaminante está compuesta básicamente por las emisiones de metano de sus excrementos y el uso del agua que supone su crecimiento) para ello. Imagina una hamburguesa generada a partir de cultivos celulares en un laboratorio, que se va desarrollando como cualquier otro tejido en el cuerpo de una vaca; solo que estos lo logran fuera de ella.
Y aunque estos emprendimientos, como decíamos líneas arriba, no son precisamente nuevos, y más bien han reportado hasta ahora ritmos muy lentos de crecimiento y desarrollo de las carnes, una importante inyección económica recibida esta semana por una de estas start-ups podría acabar sirviéndonos una hamburguesa de laboratorio tan pronto como en la próxima década.
Inversión de prestigio
Memphis Meats acaba de beneficiarse con la inversión de US$17 millones de parte de Bill Gates y Richard Branson, exitosos empresarios tecnológicos, así como de otros interesados en las firmas Tesla y SpaceX, del emprendedor Elon Musk.
Steve Jurvetson, socio de DFJ Venture Capital, que lideró la ronda de inversiones, escribió en su blog en Medium: "Más que un sustituto de la carne, venderán carne verdadera, sin dañar a ningún animal. Sin producir metano. Sin conversión ineficiente de ganado. Sin desperdicio de tierra, fertilizantes, antibióticos o uso excesivo de agua. La meta del producto es hacer esto a un costo mucho menor que el de la actual crianza de animales y con mejor sabor, valor nutricional y beneficio ambiental. Hoy [Memphis Meats] producen pato, pollo y carne de res y deberían ser capaces de producir todas las carnes por los mismos métodos".
Jurvetson, que ahora encabezará el directorio de la empresa, una de las pioneras en la producción de carne limpia añade que la producción de carne es un sector de un billón de dólares que controla una porción aún mayor de los recursos globales: 1/3 de tierra cultivable, ¼ de la producción de metano (el potente gas de efecto invernadero) y el consumo ineficiente de alimentos que podrían alimentar a 4 mil millones de personas. El potencial de Memphis Meats para ser 10 a 100 veces más eficiente con sus técnicas no parece inalcanzable cuando uno ve los recursos necesarios para cultivar la carne.
¿Carne real o de mentira?
Se trata de un tejido que a nivel celular es igual al músculo del animal, lo cual se logra en el laboratorio proveyendo de azúcar, oxígeno y nutrientes a células de tejidos reales. Comparada con la producción convencional de carne, el proceso de la firma supone el uso de apenas el 1% de tierra y el 10% de agua. Aun así, la producción es más costosa, por lo que se espera que la inversión permita desarrollar métodos que abaraten el proceso.
Forbes reporta que desde marzo, la compañía calculó que podría producir 1 libra de carne de pollo por menos de US$9.000, lo que equivale aproximadamente a la mitad de lo que costaría producir 1 libra de sus albóndigas de carne en 2016. Aunque los costos no resultan aún competitivos, sí registran una dramática caída en relación con el costo de la primera hamburguesa de carne limpia de la firma, que costó US$300.000 en 2013.
Otras iniciativas en la misma línea son las de Mosa Meats y Hampton Creek, que al igual que Memphis Meats crean tejidos a partir de células animales; mientras que Beyond Meat e Impossible Foods aspiran a desarrollar carne limpia partiendo de tejidos y células vegetales.
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