El descubrimiento de un peculiar fosil que data de hace 66 millones de años permitió le permitió a un grupo de especialistas recrear los últimos momentos de un dinosaurio.
(Agencia N+1 / Daniel Meza) Hace más de 66 millones de años, un dinosaurio emplumado con piernas delgadas y de cresta ósea se atascó en el lodo y luchó ferozmente para liberarse hasta ceder y finalmente morir, según un nuevo estudio publicado en Scientific Reports.
El ejemplar, de la familia de los ovirraptóridos y de dimensiones parecidas a las de un burro moderno, fue hallado casi intacto en una posición extraña: se apoyaba en su pecho y tenía cuello y alas estirados. Como otros dinosaurios de su familia, estos primos de las aves no podían volar, pero tenían un grueso pico sin dientes que les permitía devorar mariscos, plantas, nueces y huevos. “La postura del animal —cabeza erguida, cuello arqueado, y alas extendidas a ambos lados— sugieren que trataba salir del fango”, indicó el coautor Steve Brusatte, un paleontólogo de la Universidad de Edimburgo, Escocia.
Obreros de construcción civil chinos hallaron el fósil hace algunos años atrás. En aquel tiempo, los trabajadores colocaban explosivos estratégicamente para liberar un área destinada a sentar las bases de un edificio para un colegio. El esqueleto del animal fue hallado tras una de las explosiones, la misma que afortunadamente no lo dañó de gravedad: una parte pequeña de la espalda desapareció, pero la mayoría del fósil se conservó intacto.
Fueron los mismos trabajadores quienes notificaron a un museo sobre el hallazgo, y paleontólogos chinos y Brusatte lo analizaron de inmediato. Al dinosaurio le dieron el nombre en chino y latín de Tongtianlong limosus que significa “dragón enlodado camino al cielo” —en China, los dragones son comúnmente invocados al hablar de fósiles de dinosaurios. Similares nombramientos recibieron el primo del velociraptor, el Zhenyuanlong suni o el ankilosauro Chuanqilong chaoyangensis, ambos incluyendo la palabra long, que significa dragón en mandarín.
El dinosaurio del lodo es la sexta nueva especie identificada de ovirraptórido hallada en Ganzhou, al sudeste de China. Su descubrimiento indica que su especie floreció y se diversificó los últimos 15 millones de años en el Cretáceo, antes de que el famoso meteorito golpeara la tierra 66 millones de años atrás y acabara con los dinosaurios terrestres.
Este descubrimiento refuerza la idea de que el área de Ganzhou es la más productiva en lo que se refiere a hallazgos de ovirraptóridos y tuvo una amplia diversidad desde el Cretáceo tardío, dijo en un comunicado el autor Junchang Lü, quien además es investigador del instituto de Geología de la Academia China de Ciencias Geológicas. Lü resaltó la importancia del descubrimiento en el estudio de la evolución y comportamiento de este tipo de dinosaurios.
El lapso en el que vivió la bestia enlodada está entre los 72 millones y 66 millones de años atrás, una ventana demasiado grande que dificulta la tarea de definir en términos de tiempo la diversificación de la especie, como también el conocer en qué parte del árbol evolucionario encaja esta especie.
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