El estudio fue realizado por investigadores de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos.
(Agencia N+1/ Beatriz de Vera). Exoplaneta es como los científicos llaman a aquellos planetas que se encuentran fuera de nuestro sistema solar. La potencia de telescopios como el Kepler permite medir la luz que llega de las estrellas en busca de tránsitos (los momentos en los que un planeta se interpone entre su estrella y el observador, produciendo una bajada de la luminosidad). Gracias a esto, se han catalogado hasta el momento más de cuatro mil exoplanetas.
Lo más lógico sería pensar que muchos de esos otros sistemas solares tienen también sus asteroides, cometas y lunas, pero hasta ahora no se había encontrado evidencia de estos cuerpos. Pues bien, ahora un reciente estudio científico compartido en la web arXiv, realizado por investigadores de la Universidad de Columbia (EE.UU.), ha sacado a la luz las que podrían ser las pruebas de la primera detección de una exoluna, un satélite situado más allá del Sistema Solar.
Detalles. A partir de datos obtenidos por el telescopio espacial Kepler, los astrónomos han podido observar que la posible luna gira en torno a un planeta que a su vez estaría en la órbita de la estrella Kepler-1625, a 4.000 años luz de la Tierra. Estando tan lejos, ¿cómo pueden los astrónomos detectar algo tan pequeño como un satélite?
Los científicos han usado una especie de truco: medir la luz de la estrella que se refleja en el planeta para tratar de detectar oscurecimientos que se puedan achacar al paso de una luna. Así, pudieron detectar tres disminuciones de brillo en el planeta a medida que giraba en torno a la estrella Kepler-1625. Según ellos, los datos apoyan con un nivel de confianza de 4 sigma (es decir, una afirmación bastante robusta) que los cambios de brillo se deban a alguna causa externa, y no a una fluctuación aleatoria de los datos.
Estimaciones. Con los datos obtenidos, los investigadores han comenzado a hacer cálculos y esta luna no sería en absoluto minúscula, como la nuestra: debería ser tan grande como Neptuno, mientras que su planeta asociado debería ser del tamaño de Júpiter. De estar en lo cierto, la primera exoluna sería, a su vez, la luna más grande que se haya observado. Sin embargo, los autores han reconocido que el planeta está tan lejos y que la luz con la que trabajan es muy débil. Además, han concluido que no se puede descartar que detrás de estas bajadas de brillo pueda haber otras causas. Los investigadores esperan que el Telescopio Espacial Hubble pueda aportar más datos en un futuro cercano.
Mientras encontramos los primeros indicios de satélites en planetas externos a nuestro sistema solar, nuestra luna espera para ser visitada por turistas a muy corto plazo, concretamente en 2018, que todo apunta a que va a ser un año que se grabe a fuego en la historia de la exploración espacial. Tres grandes compañías pugnan por ser las primeras en realizar viajes al espacio con civiles. Como es de esperar, el momento de que esto esté al alcance de cualquier terrícola está aún muy lejos, pero para los afortunados, estamos a las puertas. Aquí puedes consultar las tres empresas que trabajan para conseguir hacer turismo por el cosmos. ¿Quién llegará primero?
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