Entre las impresionantes imágenes hay tomas de los efectos de El Niño Costero en el norte del País y de la devastación que produce la minería ilegal en la selva.
(Agencia N+1 / Daniel Meza) A una altura de 702.5 km y a una velocidad de 27.000 km/h, el primer satélite del Estado Peruano PeruSAT-1 cumplió un año desde su lanzamiento y puesta en órbita.
El 15 de setiembre del 2016, desde Kourou, una comuna de la Guyana Francesa, y utilizando al cohete Vega, Airbus arrojó exitosamente a PeruSAT-1 al espacio exterior. El PerúSAT-1 es un satélite tipo Astrosat-300 de fabricación francesa. Su resolución es submétrica; es decir, puede identificar desde el espacio objetos que tengan como mínimo un tamaño menor a un metro; y en este caso, 70 cm).
Sus funciones son diversas, en tanto que el gobierno busca aprovechar su instrumento óptico NAOMI (New Astrosat Optical Modular Instrument) que tiene un telescopio de tipo korsch a construido en base a carburo de silicio para mejorar el catastro de los 190 mil sitios arqueológicos que hay en el país; para constatar el avance de la minería o tala ilegal en la selva; e incluso para supervisar desde arriba la construcción de grandes obras públicas. El material con el que está hecho el instrumento óptico es semiconductor y refractario, lo que le permite soportar condiciones extremas de temperatura.
El viaje será largo: su vida útil es de mínimo 10 años. Actualmente, el satélite se encuentra operativo desde el 7 de diciembre del año pasado, tras superar la etapa de calibración. Su manejo se realiza desde la estación terrena en Pucusana, al sur Lima, donde los expertos peruanos controlan, operan y monitorean a diario el artefacto espacial para recibir las imágenes tomadas.
Para conmemorar esta ocasión, N + 1 y la Comisión Nacional de Investigación y Desarrollo Aeroespacial (CONIDA) –agencia espacial peruana–, han preparado en conjunto a una selección de lo más impactante que ha podido fotografiar PeruSAT-1 en territorio peruano.
Cuajone, una imponente mina de cobre
A una altura de 3.500 msnm, está la mina de Cuajone, ubicada en el distrito de Torata, en la región de Moquegua. Este impresionante yacimiento está localizado en la franja oeste de la Cordillera Occidental en la parte sur de los Andes peruanos, muy cerca a otros dos yacimientos adicionales conocidos: Toquepala y Quellaveco. Es una de las principales minas productoras de cobre del país junto con Cerro Verde, Toquepala y Antamina. Cuajone es explotada por la minera Southern Peru Copper Corporation, que además produce plata, zinc y molibdeno.
Machu Picchu, desde un ángulo distinto
Archiconocido a nivel mundial, aunque si lo ves desde esta perspectiva acaso no lo reconozcas. La antigua ciudadela incaica construida antes del siglo XV, se ve así desde capturas fotográficas a 700 kilómetros de altura. Machu Picchu se encuentra a 2.490 msnm, y en la foto se puede apreciar parte este nítidamente, salvo el Huayna Picchu, la clásica montaña de las postales (cubierta por una nube). En la captura es fácilmente apreciable la ruta terrestre para llegar al santuario, como también el poblado de Aguas Calientes, el destino inmediatamente anterior para los viajeros que llegan a esta reconocida maravilla mundial.
Una herida en la Amazonía llamada Huepetuhe
Tan lejos como en 1991, la prensa internacional ya hablaba del drama que se vivía en el río Huepetuhe, donde una mina inmensa de oro, la más importante de Sudamérica, era escenario de jornadas de esclavitud para niños de hasta 12 años que vivían con apenas dos dólares al día. En ese momento, la locura por el oro y todas las barbaries que le acompañaban en nombre de la generación de riqueza gozaban ya de dos décadas de florecimiento.
Basta con hacerle zooms a la dolorosa imagen. El panorama no parece haber cambiado mucho en casi tres décadas. Hoy, es harto conocido que la aurífera del río Huepetuhe es una inmensa mina a cielo abierto en el sudeste de Perú (dentro de la región Cusco y muy cercana a la frontera con Madre de Dios y Puno). Se estimó que en 1998, alrededor el 2% de la producción mundial anual de oro pudo haber venido de Huepetuhe. Debido a la lejanía y la inmensidad de la zona no existe regulación de las operaciones mineras, con reiteradas denuncias de explotación infantil, prostitución, contrabando o violencia.
Los múltiples reportes han hablado de la precariedad, la pobreza, la inmundicia, el desorden y el caos que reina en paisajes de acabada biodiversidad donde antes abundaban los bosques poblados de cedros, caobas o aguajes acompañados de fauna de aves, insectos y mamíferos megadiversa. En su lugar, abundan los relaves mineros, los socavones y cúmulos de arena muerta, en cuyos alrededores miles de personas se las ingenian para vivir entre casuchas de plástico y maquinaria, todo a merced de los grandes negocios y capitales internacionales.
Los daños son incontables. Por mencionar algunos, un reciente estudio de la Universidad de Michigan (EEUU) ha comprobado que las comunidades nativas de la región amazónica de Madre de Dios que practican la minería artesanal y la pequeña minería tienen presencia más alta de mercurio en sus cuerpos que las comunidades nativas no mineras. Las embarazadas, niños y mujeres en edad fértil son los que más sufren, al ser el mercurio una neurotoxina que afecta al desarrollo del cerebro y el sistema nervioso, y puede transmitirse de madre a hijo.
Otro daño de gravedad es la invasión de reservas indígenas en la Amazonía peruana. Una investigación del Monitoring of the Andean Amazon Project (MAAP) el 2015, mostró cómo mineros de pequeña escala habían penetrado en en la reserva Amarkaeri, un área protegida por el gobierno y las comunidades Harakmbut, Yine y Machiguenga. Si bien solo 26 acres de la reserva habían sido depredadas hasta ese momento, preocupaba el potencial avance del problema, que se venía expandiendo desde el 2013 hasta el 2015.
La minería de oro se ha expandido incesantemente. Investigaciones del Carnegie Institution for Science y la Universidad de Standford (EEUU) del 2013 daban cuenta de cómo la actividad en Madre de Dios pasaron de 10.000 hectáreas en 1999 a 50.000 en setiembre del 2012.
Estragos del Niño Costero en Tumbes
El fenómeno del Niño Costero castigó a distintas zonas del Perú y Ecuador, particularmente al norte y sur de ambas naciones, respectivamente. Si el fenómeno del Niño (a secas) se debía al aumento de temperatura del agua en toda la franja ecuatorial del Océano Pacífico y sus efectos se sentían en todo el mundo, el Niño Costero calentamiento (anomalías de hasta 6° en la superficie del mar) se restringe a la zona costera de Perú y Ecuador, esto es, en la región del mundo conocida como Niño 1+2 (de 0 a 10° de latitud sur, y entre 90 y 80° de longitud oeste). Se supo que los desastres causaron poco más de un centenar de fallecidos y 141 mil damnificados. En las siguientes imágenes podemos ver cómo el Río Tumbes penetró en la ciudad y calles de la ciudad que lleva el mismo nombre.
Aquí, otra toma del satélite peruano que muestra, además de los estragos urbanos, el perjuicio causado en otras zonas de cultivos.
Fortaleza del Real Felipe, desde el espacio
Este edificio militar estilo Vauban fue construido en el siglo XVIII en el Callao, durante los gobiernos del virrey José Antonio Manso de Velasco y Manuel de Amat y Juniet, para defender al puerto de piratas y corsarios. Fue nombrado en honor al rey Felipe V de Borbón. Tiene la forma de un pentágono irregular ocupando un área de 70.000 m2 . Actualmente es un museo turístico, empleado como sede del Museo del Ejército del Perú.
El Sabancaya, lengua de fuego
El que ves en la imagen es un volcán activo (estratovolcán) de 5976 msnm, localizado al oeste de la Cordillera Occidental de los Andes, al sur del país, y hacia las partes altas del lado izquierdo del valle del río Colca, en Arequipa. Es parte de un complejo volcánico que incluye también a los volcanes Ampato y Hualca Hualca. Recientemente se ha mostrado activo: según dijo el Comité Científico Técnico del Instituto Geofísico del Perú, se han registrado 29 explosiones diarias los últimos días y las columnas eruptivas alcanzaron los 2.500 metros sobre el nivel del cráter.
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