Los cambios climáticos también pueden producir olas de expansión a gran escala en los seres más diminutos del planeta.
Los microorganismos se ven tan afectados por los cambios climáticos a gran escala como las plantas o los animales, a pesar de sus amplios patrones de distribución.
El hallazgo, que contradice asunciones científicas previas, ha sido contrastado por un equipo internacional dirigido por investigadores de la Universidad de gante que analizó fósiles de microorganismos antárticos. Se publica en Science Avdances.
Debate contra las teorías previas
Durante el Mioceno temprano, hace unos veinte millones de años, el continente antártico tenía un clima templado a subpolar. El continente estaba cubierto en gran parte por vegetación y bosques de tundra. Esta situación cambió abruptamente cuando hace catorce millones de años, el continente comenzó a enfriarse rápidamente con capas de hielo que se expandieron sobre la Antártida y plantas y animales se extinguieron a gran escala.
Los investigadores analizaron diatomeas en sedimentos de lagos antárticos de 14 a 15 millones de años de antigüedad, depositados justo antes de que comenzara el gran enfriamiento del Mioceno. Las diatomeas son uno de los grupos de algas más diversos y ecológicamente importantes del mundo y pueden fosilizarse fácilmente gracias a su pared celular hecha de vidrio amorfo.
Para su sorpresa, el equipo descubrió más de 200 especies de diatomeas en los sedimentos. Prácticamente todas las especies eran nuevas para la ciencia. Por esta razón, los investigadores analizaron más a fondo los sedimentos del lago a nivel de género, el nivel de clasificación por encima de la especie. Este análisis mostró que la composición de especies en la Antártida del Mioceno era bastante diferente de la flora de diatomeas característica de la Antártida actual, que tiene muchas menos especies.
En cambio, la flora de diatomeas del Mioceno muestra similitudes con las flores ricas en especies que se encuentran actualmente en las regiones más cálidas del hemisferio sur, como América del Sur, Australia y Nueva Zelanda.
Con base en estos resultados, los investigadores concluyeron que la flora de diatomeas del Mioceno se ha extinguido en gran medida en la Antártida debido a los importantes cambios climáticos de hace catorce millones de años. Los investigadores postulan que la flora de diatomeas extremadamente pobre en especies que caracteriza a la Antártida en la actualidad evolucionó a partir de los pocos supervivientes de la flora del Mioceno y los nuevos colonos que están adaptados a las condiciones frías.
Los investigadores concluyen que los grandes cambios climáticos, como los del Mioceno en la Antártida, podrían tener consecuencias dramáticas para los microorganismos y provocar olas de extinción a gran escala. Dado que los microorganismos desempeñan un papel fundamental en el funcionamiento saludable de los ecosistemas, es fundamental comprender mejor el impacto de un clima y un medio ambiente cambiantes en su diversidad.
Con información de Europa Press
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